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Diálogo Ecuménico t. XLIII, n. 135 (2008) 139-147
recensiones
Massimo Introvigne-Domenico Maselli, I Fratelli. Una critica protestante della modernità (Leumann: Elledici 2007) 127 pp. ISBN: 978-88-01-03644-2 Dentro de la colección “Religioni e Movimenti”, a cargo del Centro Studi sulle Nuove Religioni (CESNUR), con sede en Turín, acaba de publicarse este nuevo volumen, dedicado a las llamadas “Iglesias de Hermanos”, tan extendidas por Europa (en España, las Asambleas de Hermanos) y tan diversificadas. Sus autores son Massimo Introvigne, director del CESNUR y prolífico escritor sobre estos temas, y Domenico Maselli, protestante, historiador del protestantismo, diputado de la Cámara Italiana y, desde 2006, presidente de la Federación de Iglesias Evangélicas en Italia. El primer capítulo del libro, con carácter introductorio, reviste un especial interés, y constituye todo un acierto, ya que contextualiza a los Hermanos dentro de lo que denomina el “mosaico protestante” (p. 3). Los autores comienzan explicando que el apelativo empleado por este movimiento puede aludir a los husitas, a los pietistas y al nombre que les ocupa, originado en el siglo XIX. Trazan una panorámica general de la diversificación evangélica en la actualidad y de las clasificaciones que se han hecho, sobre todo por la sociología, y explican la que ellos asumen: el primer protestantismo (las Iglesias “históricas”, originadas en los primeros episodios de la Reforma), el segundo protestantismo (las Iglesias “evangélicas” nacidas tras el reavivamiento) y el tercer protestantismo (corrientes libres, de santidad, fundamentalistas, etc.). Como último desarrollo ligado a este último grupo aparece el pentecostalismo, y se añade el adventismo al final. Cada uno aparece brevemente reseñado, en una constante histórica que definen como un “movimiento desde la periferia hacia el centro que caracteriza a cada nueva generación protestante” (p. 11), pues se reinterpreta e integra la experiencia espiritual heredada. Después los autores abordan la cuestión terminológica, ya que el apelativo de “evangélico” alude a múltiples realidades, que
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