|
BOLETIN
BOLETIN DE SOTERIOLOGIA 1980-1986
Las situaciones concretas en que Ia humanidad se va encontrando; Ia conciencia que toma de sus problemas inmediatos, de sus tareas primordiales y de su última misión en el mundo; Ia experiencia cristiana sucesiva, que nace de Ia renovada apropiación del misterio de Dios entregado en Cristo y de su interacción con Ia conciencia histórica: estos tres factores crean Za forma concreta en que Ui teología se encuentra, comprende y proyecta a si misma en cada instante de su historia A Ia luz de ellos su totalidad se haoe particularidad; es decir, todos los contenidos teológicos aparecen bajo un espeoiai punto de interés. ¿Cuál es ese punto de interés, esa perspectiva de inteligibilidad y esa propuesta de sentido bajo los cuales se percibe hoy Ia realidad cristiana, que a su vez demanda Ia correspondiente consideración teológica? Nuestra respuesta es clara. De Ia teología se espera que responda a Ia cuestión soteriológica: ¿Qué significan para Ia vida humana Ia redención y santificación prometidas por Dios a los hombres en Cristo? La soterlologla está en el centro de las esperanzas y de las preocupaciones teológicas actuales. En el decenio 1960-1970 las cuestiones de reforma eclesial y de comprehensión eclesiológica fueron las centrales. En el decenio 1970-1980 Io fueron las cuestioens cristológicas: tanto históricas (existencia de Cristo, fuentes y cognoscibilidad) como hermenéuticas (posibilidad de nuestro acceso a él hoy, comparación con otras figuras salvadoras, su relación con los movimientos mesiánicos y su capacidad de producir sentido y animar liberación). A partir de 1980 Ia cuestión central es Ia soteriológica. EUa abarca tres grandes problemas: ¿Dónde encuentra el hombre sentido, felicidaI y salvación para su existenoia, si es que Ia tiene? ¿Qué significa Ia memoria, Ia palabra, Ia permanente afirmación humana de Dios, Ia experiencia, y Ia esperanza en él? ¿Qué lugar ocupa Ia figura histórica de Jesús y Ia permanente confesión de fe en Cristo, colocado entre ese hombre que, afirmando o negando, busca salvación, y ese Dios al que, negado o afirmado, siempre se han referido los hombres, al preguntarse por si mismos, su logro o malogro, su salvación o condenación? Poner a los tres en relación y referirlos a un mundo concreto, es nuestra gran tarea i. 1 Ese mundo está determinado por datos de naturaleza y de cultura. Necesita vivir en un hogar de sentido y caminar en Ia esperanza. Pero a Ia vez Ia
|