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RECENSIONES
2) SISTEMATICA
O. González de Cardedal, El lugar teológico de Ia teología (Madrid: Real Academia de Ciencias Morales y Políticas 1986) 151 pp. La naturaleza de este Mbrito es particular, pues se trata del Discurso leido el día 11 de marzo de 1986 en el acto de su recepción púbUca como académico de número por el excelentísimo señor don Olegario Gonzátez de Cardedal y Discurso de contestación del académico Excmo. Sr. D. Mariano Yete, Granizo (subtítulo). Un escrito para ser leído, pues, en público no es nunca un tratado de investigación que el lector necesite corroborar mediante consulta del aparato crítico ofrecido por el A (autor). Tiene su género propio. Por otra parte, tampoco puede ser una elaboración sistemática, cuya complejidad lógica haya de ser lentamente descubierta y computeada mediante Ia verificación de Ia interna coherencia e ilación de los razonamientos discursivos que se deben suceder. Bl discurso de González de Cardedal (= GC) no es, sin embargo, tampoco un «divertimento» para un auditorio, cuya atención sea preoiso retener a riesgo de no ser escuchado por nadie. Se trata de un auditorio de académicos, de profesionales del discurso lógico y del análisis conceptual, sd no de Ia semántica del lenguaje en sí mismo, como es el caso de los académicos de Ia lengua. La solución Ia ha encontrado GC en un camino intermedio. El Mbro tiene cuatro partes: tras las palabras de salutación, I. Emptozamiento y misión de Ja teologia,- II. Un paradigma en el origen: San Pabto; III. La misión actual de Ia teok>gio; y IV. Teologia y ciudadania. Por eUas puede colegir el lector Ia naturaleza de este «discurso para académicos» (por utálizar una expresión sin duda del gusto del A., que escribe «epílogos para japoneses-). Se trata de una elaboración reflexiva, que ha de ser escuchada en voz alta, sobre Ia naturaleza y cometidos del discurso y quehacer teológicos, en un contexto social, cultural e histórico bien determinado de España (una constante en Ia preocupación intelectual de GC). El texto en sí no ofrece nada nuevo que el A. no haya dicho ya en sus múltiples puWicacdones, aJgunas de ellas escritas con finalidad idéntica a Ia pretendida en este discurso: hacer un lugar a Ia teología española en Ia sociedad de nuestro tiempo. Un lugar que Ia teología merece entre nosotros muy en particular, por ser inevitable referencia cultural de Ia historia de España, no menos que de to historia de Occidente, aunque Ia luz de to fe que alcanzó al Nuevo Mundo viene «del Oriente» y su pretensión es universal. Hacer además ese lugar para Ia teología después de Ia compleja y traumática vivencia de Io religioso entre nosotros desde hace casi doscientos años y, sobre todo, después de Ia última guerra civil entre españoles y Ia irrupcdón del postconcilio del último Vaticano en nuestra sociedad y concienoia nacional. La lectura del discurso de GC descubre su erudición característica y su cuidado por to lengua. Es éste un texto que a retazos es de valor Mterario indudable, Io que no evita, empero, que en ocasiones resulte asaz retórico. Bl discurso lorga además sistematizar ideas vertidas en otros lugares, desde Meditación teotógica desde España (1970) hasta sus últimas publicaciones España por pensar (1984) y La gloria del hombre (1985), acerca de Ia teología, esto es, del hablar sobre Dios en las condiciones de nuestra circunstancia histórica y social.
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