|
LA MISION EN TESALONICA (1 Tes 1, 1-2, 16)
La crítica, casi unánime, ve en 1 Tes Ia primera de las cartas paulinas, escrita en Corinto hacia el 50/51. Partimos del presupuesto de Ia unidad i y plena autenticidad2 del documento. La comunidad de Tesalónica no fue Ia primera fundada por S. Pablo; pero al escribirles Ia carta el apóstol pondera con relativa amplitud Io que significó Ia llegada del mensaje evangélico para los que Io acogieron. Es, pues, su primer testimonio personal sobre su experiencia de evangelizador; su primera referencia a los orígenes de una comunidad. Merece Ia pena que dediquemos una reflexión a los datos que reseña y las valoraciones que ofrece sobre Ia recepción del evangelio por los tesalonicenses que integraron esa comunidad a Ia que se dirige. 1 Tes muestra cómo Pablo entendía Ia carta como instrumento para extender en tiempo y espacio sus instrucciones para los convertidos 3.
LA MISION EN MACEDONIA Y ACAYA
La misión de Pablo fue adelante en un mundo repleto de ejemplos de propaganda y expansión religiosa; pero un aspecto peculiar
1 Se aduce como problema crítico literario que 1 Tes 1, 2-10 y 2, 13 son dos introducciones y 3, 11-4, l y 5, 23-28 son dos conclusiones epistolares; pero, según el juicio predominante, estas razones no bastan para dividir 1 Tes. Cf. K. H. Schelkle, Paulus. Leben - Briefe - Theologie (Darrastadt 1981) pp. 76-80. W. SchmithaIs, Neues Testament und Cnosis (Darmstadt 1984) pp. 43-48, llega a distribuir 1-2 Tes en cinco cartas. 2 Si bien iremos señalando algunas opiniones sobre presuntas interpolaciones posteriores. En nuestro estudio nos referiremos a las restantes paulinas como contexto próximo de 1 Tes. En primer lugar aquellas cuya autenticidad es comúnmente reconocida, siguiendo una hipótesis cronológca. Luego, las llamadas deuteropaulinas, sin querer por ello entrar en Ia discusión sobre Ia autenticidad de una u otra. 3 Entre las técnicas que inventó Ia misión paulina hay que destacar las visitas de regreso de los misioneros a los grupos que habían plantado y las cartas, cuando Ia visita no era posible. La importancia de los emisarios y el potencial de Ia carta como medios de control social son ya evidentes en 1 Tes. Cf. W. A. Meeks, The first urban christians. The social world of the Apostle Paul (New Haven 1983) pp, 113-15.
|