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LA CONFESION Y LA TORTURA EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
Todos los hechos exigen una explicación y dar la última es el cometido del trabajo científico. ¿Qué decir de la explicación última de la tortura? La relación de los términos del titulo nos ponen ante una serie de dificultades no pequeñas en el trabajo presente. Efectivamente, la confesión como el resultado obtenido por un medio como es la tortura, son dos realidades que se pierden en el tiempo y en la complejidad de los factores político-sociales que condicionan y definen la historia. No se trata simplemente de desenterrar ruinas de un edificio ya desaparecido, algo que ya por si mismo tendría interés, como lo tiene siempre el hallazgo de lo desconocido. Se trata, además de un estudio histórico, de valorar los hechos en su dimensión de causalidad. No podemos contentarnos con detectar los hechos, y, sin más hacer responsables de ellos a unos hombres sin atender las razones que los han determinado. Y esto que vale para el mérito de los protagonistas de aciertos —ello contribuiría a justipreciar las cosas— se ha de tener en cuenta mucho más, cuando se trata de enjuiciar a hombres, actores de "no aciertos", aun sencillamente por su condición de reos ante nuestra "crítica histórica". Pretender que un instituto que hunde sus raíces en el comienzo de la historia, como lo es la tortura, y que se continúa hasta casi nuestros días, con la serie de evidentes injusticias de que es portador, sea fruto de mentes degeneradas o infantiles, arguye realmente infantilismo para quienes así piensan. Se impone por lo mismo un estudio a la vez que histórico, crítico valorativo de esos misi'nos hechos históricos. Sólo así juzgaremos con equidad a unos hombres, ni mejores ni peores que nosotros, ni mejor ni peor dotados intelectualmente que nosotros en un punto tan oscuro como el empleo de la tortura como medio de hacer confesar. El hecho de que hasta no hace muchos años, fuera admitida y reconocida, no quiere decir que esto sucediese de una manera universal y pacífica, y aun para los que la admitieron de una forma total, existen muchas razones de índole histórico-social y aun doctrinal que les descarga en gran parte de su responsabilidad.
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