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REFLEXIONES ZUBIWANAS SOBRE LA FRUICIÓN Y EL AMOR
1. INTRODUCCIÓN Se trata de un tema clásico, que inspiró a Platón dos de sus más bellos y polémicos diálogos: El banquete o sobre Ia erótica y Fedro o del amor, que constituyen una primera metafísica amatoria. Pero es también un tema actual, al que el ensayista mexicano Octavio Paz ha dedicado su más reciente libro La llama doble, título que recuerda el poema «Llama de amor viva» de San Juan de Ia Cruz. Se refiere el Nóbel mexicano al erotismo y al amor, doble llama que flamea sin consumirse en el corazón humano. Como es sabido, «erotismo» viene del término clásico eros, con el que los griegos se referían al amor. En Ia tradición cristiano-helenística se distingue entre eros y agape distinción que Ia escolástica medieval tradujo por «amor naturalis» y «amor personalis». Este último, el amor personal, cuando se refiere a Dios o al prójimo por Dios, fue llamado caritas, Ia mayor de las tres virtudes teologales. Por desgracia, Ia palabra caridad está hoy caída en desprestigio, debido al sentido piadoso y limosnero que a Ia expresión «hacer Ia caridad» hemos venido dándole . Por otra parte, se ha despojado al término erotismo de los aspectos más nobles, que en Ia tradición griega tenía eros, identificándolo con «hacer el amor» sexualmente sin más o con el «amor sensual exacerbado», que es como Io define el Diccionario de Ia Real Academia, de acuerdo con el uso que de esta palabra hacemos hoy. Pues bien, en La llama doble sostiene Octavio Paz que, a diferencia de Ia sexualidad que compartimos con los demás animales, el erotismo es un fenómeno exclusivamente humano derivado del instinto sexual, al que humaniza e inserta en sociedad. Desde Ia sexualidad y el erotismo se yergue flameando el amor, «metáfora final de Ia sexualidad». Pero «el amor no es erotismo ni sexualidad, el amor es Ia relación interpersonal con una persona que considero única y que he escogido libremente. Le pido a esa persona única que me
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