|
CRISTO Y EL MISTERIO DEL TIEMPO Y DE LA HISTORIA SEGUN SAN AGUSTIN
San Agustín nos ha dado una interpretación trágica del tiempo, que es el tiempo del hombre pecador, el cual por el pecado quedó fragmentado, hecho pedazos en su estructura ontològica, como un vaso precioso al caerse de las manos del artista. No hay que perder de vista que Ia primera filosofía de Ia historia, Ia que nos ofrece san Agustín, coincide con uno de los momentos más catastróficos de !a Historia universal: el derrumbamiento del mundo antiguo y Ia caída de Roma. Esa circunstancia histórica podría explicar, al menos en parte, Ia concepción agustiniana del tiempo y de los sucesos que en él intervienen. El hombre, desgarrado y fragmentado, sólo podía tener una vida rota y hecha añicos. Así nacen los tres tiempos en que se dispersa o se realiza Ia vida del hombre: el pasado, el presente y el futuro. Estas tres partes o fragmentos de Ia vida y del tiempo —también de Ia historia— no se tiene ninguna unidad en sí mismos. San Agustín ha hecho un análisis trágico de esta temporalidad fraccionaria en que vive sumergido el hombre, llegando a Ia conclusión de que estos fragmentos son fantasmales, carentes de toda solidez. Incluso llega a afirmar que no existen. El pasado ya no existe; el futuro todavía no existe; el presente es un punto tan sutil entre los dos fragmentos que no puede asirse por falta de consistencia. Es un instante muy lcortO: es el punctum temporis, en Ia geometría del tiempo y del espacio . Nuestra vida se compone de hilos rotos, que no admiten compostura ni reparación. De este modo llegamos a una concepción de Ia existencia, según Ia cual estamos reducidos a un flujo permanente, en que vamos devorando tiempos que, a su vez, nos devoran a nosotros. Deuorans témpora, deuoratus temporalibus2, se definía a sí mismo Agustín, en su época de dispersión y desgarro permanente.
1 Todo el libro 11 de las Confesiones de san Agustín es un precioso tratado filosófico del tiempo. El pensador de Hipona trata de exponer unas reflexiones metafísicas acerca de Ia sucesión de los momentos: pasado, presente y futuro. «¿Quién podrá escrutar este abismo inescrutable de haber creado Dios en el tiempo al hombre temporal, no como consecuencia de un movimiento sobrevenido a su voluntad?», nos dice en otro lugar, cf. De civit. Dei 12, 14 PL 41, 362. 2 En estas palabras de Agustín podemos descubrir, sin dificultad, una alusión directa al mito de Cronos. Como se sabe, Cronos, hijo de Ouranos y de Gaia, pertenece a Ia primera generación divina, Ia que es anterior a Zeus y los dioses del Olimpo. Ayudó a su madre a vengarse de su marido. Casado con su hermana Rhea, ante Ia predicción de su padre que moriría a manos de alguno de sus hijos, en el
|