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RECENSIONES
Antología pedagógica de Francisco Giner de los Ríos. Selección y estudio preliminar de Francisco J. Laporta (Santillana, Madrid 1977) 249 pp. El tema de Ia educación es clave en todo grupo humano, de tal manera que éste no puede existir ni sobrevivir sin una toma de conciencia cada vez más lúcida y profunda del problema y sin una cierta planificación pedagógica, por mínima y rudimentaria que sea. De ahl Ia insistencia y reiteración con que el tema vuelve a Ia actualidad, afirmando su presencia sobre todo en momentos de crisis social y politica, en que por las circunstancias que fueren nos vemos obligados a replantear seriame;nte el pasado y a programar el porvenir individual y colectivo. No tiene, pues, nada de extraño que hoy por hoy sea uno de los temas centrales de nuestra vida comunitaria, precisamente cuando iniciamos un nuevo ciclo histórico, en muchos aspectos inédito, en todo caso apasionante. Y cuando esto sucede, nada más natural que volver Ia mirada a Ia tradición, a Ia propia memoria histórica, intentando descubrir en ella contenidos vivos y permanentes. Y qué duda cabe que Giner de los Ríos tiene mucho que decir al hombre de nuestros días en el tema educativo. Su afán de racionalidad, de realismo, de tole>rancia, de amor al trabajo y a Ia naturaleza, de respeto a Ia persona humana y social..., hacen que su obra no se haya perdido para siempre en Ia lejanía del tieinpo, sintonizando vivamente con nuestros propios afanes y aspiraciones. A estas alturas, nadie debe encontrar dificultad de acercarse limpiamente a Giner. El puede representar Ia piedra de toque para superar en Ia práctica nuestro inveterado e irracional maniquelsmo. La profundización teológica, filosófica y política, realizada en Ia sociedad occidental después de su muerte, hacen su figura rescatable para todos. Que no es Giner bandera de ningún partido, sino pura tradición nacional. Volver a él no es afiliarse a este o aquel grupo político; no es hacer Ia publicidad de esta o aquella camarilla. Volver a Giner es ante todo encontrarse con el problema fundamental del homo viator y, desde el punto de vista histórico estricto, encontrarse con todo un pueblo —el nuestro— que luchaba hace cien años por hallar los caminos de Ia razón y de Ia libertad, profundizando en el contenido cristiano de Europa y Ia modernidad. Volver a Giner es, en una palabra, penetrarse de una luz especial para comprender mejor los problemas educativos de hoy. El estudio preliminar de Francisco J. Laporta es sobrio y bien construido. En pocas páginas describe el cuadro esencial del pensamiento pedagógico de Giner, siendo su lectura imprescindible para una lectura inteligente de los textos. En cuanto a Ia antología en sí misma, al ser por decisión del seleccionador más testimonial que histórica, carece del frío sistematismo de otras de su género, ganando por ello mismo en eficacia en vista de nuestro tiempo. Pero hay que advertir que parte de ese carácter testimonial se exporta también al estudio preliminar, Io que hace que ciertas afirmaciones deban ser matizadas, e incluso corregidas, en fuerza y virtud de Ia misma historia. Pero ésta es una pequeña crítica que no queremos desarrollar aquí, porque Io que nos interesa sobre todo es poner de manifiesto Ia oportunidad de unu tal antología y de sus muchos valores positivos. Antonio Heredia Soriano Miguel de Unamuno, Crónica política española (1915-1923). Edición de Vicente González Martín (Ediciones Almar, Salamanca 1977) 426 pp. Don Miguel de Unamuno está vivo en Ia historia. Ha logrado —¿además/al menos?— una de las formas de inmortalidad en Ia que creen prácticamente todos los hombres y a Ia que aspira Ia mayoría: latir fuerte en el alma de renovadas generaciones.
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