|
En esta sentencia de Ia que es ponente el Provisor de Barcelona don Mato,quias Zayas, se examina el matrimonio de un español, católico, que demanda a su esposa, sueca y luterana, de nulidad de matrimonio por exclusión de Ia indisolubilidad. El matrimonio ha tenido dos celebraciones. Una civil, como es usual en Ia Iglesia luterana sueca. Estudia Ia sentencia el valor de este matrimonio y ofrece datos importantes en orden a una correcta valoración canónica de tal cetebración. Más tarde se celebra el matrimonio canónico al que Ia demandada atribuye un valor de mero trámite, puesto que Io acepta sólo para que en España el matrimonio tenga visos de legalidad y las dos hijas nacidas de Ia unión sean legítimas (este matrimonio se celebró en el año 1954). Es en este matrimonio, tema principal de Ia sentencia, donde aparece Ia exclusión de Ia indisolubilidad por parte de Ia demandada, Ia cual queda demostrada mediante un amplio desarrollo de Ia prueba testifical. La Rata de Madrid confirmó Ia sentencia el 30 de mayo de 1979, mediante un elaborado Decreto debido al Auditor don Santiago Panizo.
|
|
22 de febrero de 1962, coram Canals, se lee: «Ad quamlibet simulationem, vi. can. 1.086, par. 2, requiritur ut subiectum simulans structurae seu elementis essentialibus matrimonii a Deo statutis, subiectivam substituât structuram essentialiter diversam». Y prosigue: «En cuanto al acto positivo de Ia voluntad excluyente», «tunc habetur —dice Conte a Coronata—, cum persona rei sibi per intellectum praesentatae adhaeret et eam appetit qualiter sibi ab intellectu praesentata est, et non aliter» (lus Canonicum, Univ. de Navarra, vol. 11, julio-diciembre 1962, pp. 717-21)7. 9.—El Concilio Vaticano II, reafirmando, si bien con perspectivas más dinámicas y personalistas, Ia doctrina permanente: «La íntima comunidad conyugal de vida y amor se establece sobre Ia alianza de los cónyuges, es decir, sobre su consentimiento personal e irrevocable. Así, del acto humano por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente, nace, aún ante Ia sociedad, una institución confirmada por Ia ley Divina...» (GS nn. 48-49). 10.—Refiriendo en concreto Ia simulación parcial a los bienes de Ia prole y de Ia fidelidad, merece ser recordada Ia doctrina ya presentada por Santo Tomás acerca de Ia distinción entre derecho-obligación y ejercicio-uso del derecho. «El ser de una cosa o su realidad no depende del uso que de ella se haga» (Suppl. q. 49, art. 3). No se excluye Ia posibilidad de aceptar una obligación con el ánimo de violación de Ia misma. «La intención de contraer y obligarse puede coexistir con Ia del propósito de su quebrantamiento», como Io afirman el mismo Gasparri, y WernzVidal (De Matr., n. 825 y 462, 3). Esa distinción, sin embargo, no es adecuada al bien del sacramento o propiedad esencial de Ia indisolubilidad, según asimismo es constante en expresarlo Ia doctrina, si7 En virtud del can. 1.086 § 2, para Ia simulación se requiere que el simulador sustituya Ia estructura o elementos esenciales del matrimonio establecidos por Dios, por otra voluntad subjetiva esencialmente diversa. El acto positivo de voluntad existe solamente —como dice Conte a Coronata— cuando Ia persona se adhiere al objeto que Ie presenta el entendimiento y Io apetece tal como Io ha presentado el entendimiento, y nr> de otra manera
|