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La disartria es una alteración neuromotora de la producción del lenguaje oral que compromete aspectos como la respiración, la fonoarticulación, la prosodia y la tasa de habla. Es un trastorno secundario a lesiones cerebrales en el que podemos diferenciar siete tipos diferentes de disartria en función de la topología lesional y las características clínicas del paciente. Estos son: disartria unilateral de la primera neurona, disartria espástica, disartria flácida, disartria hipocinética, disartria hipercinética, disartria atáxica y disartria mixta. Y es que la disartria se manifiesta de forma heterogénea mostrando una gran variabilidad de signos, síntomas y severidad. Asimismo, es importante destacar la función que tiene el logopeda en el paciente con daño cerebral y más concretamente en el paciente con disartria. Sabemos que las personas con daño cerebral suelen mostrar una gran diversidad y combinación de secuelas como pueden ser las dificultades en el habla, en la comunicación y en la deglución, las cuales repercuten inexorablemente en la calidad de vida del paciente disártrico. Por eso destacamos al logopeda como uno de los profesionales habilitados para diagnosticar, prevenir y tratar este tipo de alteraciones.En definitiva, la labor del logopeda en este tipo de afecciones es indispensable, así como el proceso de evaluación. Por ello, proponemos una evaluación flexible y global que permita diseñar planes terapéuticos que persigan objetivos funcionales adaptados a la persona y al entorno, enfocándose en obtener el máximo beneficio de las futuras intervenciones
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