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Facultad de Pedagogía, Universidad Pontificia de Salamanca
Papeles Salmantinos de Educación -Núm. 3, 2004-
RECENSIONES
Del último y controvertido Premio Nobel de literatura (2003), se dice que es misántropo, huraño, soberbio en su desmedida reclamación de independencia literaria, política, etc. No pertenece a ninguna camarilla artística y abomina de toda publicidad, hasta el punto de que se duda de su comparecencia en Oslo el día de la recepción del galardón. Otro de los temas debatidos es el de su progresismo/conservadurismo, máxime en cuestiones relativas al apartheid, a la posición desventajosa de los blancos en la Sudáfrica de Mandela, a la discriminación positiva a favor de los negros y en la posición de persecución y acoso moral, intelectual y social padecida por la población blanca en la última década. Su propia esposa, crítica literaria, ha cuestionado la justicia del Premio Nobel acusando de machismo al Comité. Ello ha destapado la caja de los truenos y cambiado las tornas: lo que en principio parecía un reconocimiento a la honestidad silenciosa y una apuesta por la calidad literaria se ha trocado en sospechas de haber otorgado el raro honor anual del Nobel a un autor con pespuntes racistas y veladamente antifemi-
J. M. COETZEE. Desgraci, Mondadori, Madrid 2000.
nistas. Pero la barahúnda de los puntillosos no ha tardado en rendirse a la excelencia de estilo y a la originalidad de pensamiento del autor, poco contaminado por los libros de estilo políticamente correctos. Desgracia pertenece a un género llamado "Novela de Campus", adscripción a mi juicio inmerecida, dada la periférica presencia del ámbito universitario en la narración. Es una novela inusual, sobria, extraordinaria, límpida y de léxico conciso y transparente. Va dando brutales empellones a estereotipos muy marcados en la mentalidad occidental dominante: amor individual como razón de la vida, preferencia de la vida burguesa urbana sobre la vida campesina, separación (apartamiento) de razas y culturas diferentes como única forma de supervivencia de las diferencias, implícita necesidad de adaptarse el negro al blanco como resto de la esclavitud ancestral. En la novela todos estos tópicos son transfigurados para mostrar con inmensa crudeza que puede elegirse "lo peor" desde la mentalidad del hombre blanco y desear integrarse en una identidad cultural y costumbrista mucho más primitiva y feroz. El libro trata con una lucidez y una profundidad totalmente al margen de lo esperado temas como el acoso sexual, adjudicando a la alumna –mujer– lolita 431
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