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RECENSIONES
1) SAGRADA ESCRITURA
H. StadeJmann, Ben Sira als Schriftgelehrter. Eine Untersuchung zum BerufsbiM des vor-makkabãischen Sõfêr unter Berücksichtigung seines Verhältnisses zu Priester-, Propheten- und Weisheitslehrertum, WUNT 2. Reihe 6 (Tübingen: J. C. B, Mohr 1980) XIV-346 pp. Analizando Ia situación social de Ben Sira, el autor no Io ve en posiciones extremas de Ia e&cala social, sino como un escriturista y sabio sacerdotal (Sir 38, 24), que no precisa otra profesión para ganarse Ia vida. Había sacerdotes en Jerusalén que, sin pertenecer a Ia aristocracia clerical, disponían de una buena situación. En Ben Sira se vinculan los objetivos de Ia investigación escriturística referente a Ia Torah con Ia doctrina de sabiduría tradicional; y Ia primera actividad iba conectada con el sacerdocio. Ya de antiguo era competencia de los sacerdotes Ia interpretación de Ia Ley y su doctrina. Aún en tiempo postmacabeo, en que entra en escena un movimiento laical hasídico-fariseo de eruditos de Ia Ley, sigue apareciendo Ia doctrina de !a Ley como propio del sacerdocio (Aristeas 130-70; Jub 45, 16; Test Levi 4.13; Qumran). Ben Sira (45, 17) es un «Sofer», que, como Esdras y Ia iarga tradición de eruditos de Ia Ley sacerdotales, era sacerdote. Sólo que este Sofer no limita su interés a Ia investigación escriturística sino que se aplica de nuevo e intensivamente a Ia doctrina sapiencial, al estilo de los sabios reales de Israel pre-exílico. Pero está claro que no era su objetivo formar funcionarios estatales (Sir 7, 4-6). La mayoría de aquéllos a quienes se dirige parecen jóvenes, pero no todos (Sir 30, 28-32). Socialmente parece que pertenecen a una clase media alta, pero no a Ia superior (4, 7: 34, 12ss. etcétera). En Io que toca a Ia actitud interior, se dirige a los «piadosos» (39, 13; 43, 53 etc.). El autor constata Ia gran diferencia de opiniones sobre Ia actitud de Ben Sira hacia sacerdocio y culto. Frente a Ia literatura sapiencial canónica (tengamos en cuenta que el Eclesiástico no es libro canónico para el autor), que dedica relativamente poca atención al culto y no Io hace propiamente objeto de enseñanza, llama Ia atención el mayor goce cultual del Siracida. El respeto a los sacerdotes y los deberes para con ellos quedan destacados en 7, 29-31. El tratado sobre el culto sacrificial: 31, 21-32, 20 (Rahlfs 34, 18-35, 18) es en el libro Io más explícito e importante sobre el tema del culto. Polemiza contra un culto malentendido mecánicamente, que sirve de escapatoria para una conducta inmoral; porque vincula el interés sacerdotal por el culto y el reclamo profético de moralidad. No es que espiritualice al
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