|
472
RECENSIONES
lector español esta versión, a pesar de las ya numerosas traducciones con que contaba sobre Ia materia de parte de editoriales diversas, si se tiene en cuenta Ia originalidad del enfoque que aporta Spiazzi al tema. Sabiendo, por otro lado, que el presente volumen puede tener pretensiones de ser libro de texto, no únicamente de consulta —en realidad eso ha sido en su país - no nos cabe duda de que será bien acogido. El contenido responde plenamente al título adoptado por su autor: Teología Pastoral «Didáctica», pero sólo después de terminar de leer Ia introducción se aleja Ia posible desconfianza que al primer momento inspira dicho título. Spiazzi, guiado por criterios lógicos y sistemáticos, ha adaptado un punto de vista particular al enfocar Ia ciencia que hoy llamamos «teología pastoral». Tales criterios son servidos por profundas convicciones y nunca abandonados, y permiten entrever claramente Ia seriedad de su autor al proponerse hacer Iuz en Ia ciencia teológica de Ia postguerra, sin dejar nunca del todo los planos y métodos de Ia teología tradicional. A pesar de esto, no pueden aceptarse fácilmente todos sus resultados, no tanto quizás por Io que de originales puedan tener cuanto por Io inacabados o poco fundados que se nos presentan, aunque a primera vista parezca todo Io contrario. Por un lado, Ia triple disposición de Ia Pastoral «Didáctica» —o del 'ministerium verbi»— en: kerigmática, catequética y homilética, puede justificarse ciertamente atendiendo a Ia antigua tradición cristiana, pero no en forma tal que se opere una reducción al atribuir específica y unilateralmente a Ia homilética Ia iniciación en los «hechos» de Ia vida de Jesús, en tanto que Ia catequética, Ia catequesis, desarrollaría sólo los «principios» deducidos de ellos; en tal caso no sabríamos con claridad cuál es el contenido de Ia «tradición magisterial» o mensaje que transmitía el kerigma. De igual modo, no resulta muy acertado en el estudio del desarrollo de las formas de predicación en Ia historia, desdoblar Ia predicación «pastoral» (de testimonio y enseñanza) de Ia predicación no estrictamente pastoral (de exhortación). Por otra parte, toda clasificación sistemática será buena sismpre que afirme al máximo Ia verdad particular de cada problema y Ia competencia de cada materia al unirse en síntesis fecunda con otra. Por esta razón, es oportuno preguntarse si Ia expresión Pastoral «Didáctica» sirve con adecuación a las realidades que Ia soportan. El afán de Ia lógica ha podido obscurecer las razones contrarias a su uso sistemático: una cosa es que kerigma, catequesis y homilía formen conjuntamente dentro del ministerio de Ia palabra, en oposición a otros quehaceres pastorales de los ministerios hodegético y sacramental o litúrgico, y otra que globalmente puedan ser denominados como «didácticos» o incluirles indiscriminadamente en una Pastoral «didáctica». Si a Ia catequética Ie va bien el término, no puede decirse Io mismo de Ia homilética ni kerigmática, de Ia homilía y el kerigma. Por similares motivos acaso, aquí se ha dejado de lado completamente un término que difícilmente podrá ser desplazado de Ia teología pastoral: el de pastoral, ministerio, predicación... «profética», de una resonancia cristiana muy superior al propuesto, y una función específica e inteligible dentro del ministerio de Ia palabra. Digamos, finalmente, que no nos parece imprescindible considerar Ia kerigmática al interior de Ia teología de las misiones, dado que podría dudarse de cuál es el contenido y cuál el continente. A eso se debe quizás que aquí unas veces se haga distinción entre predicación kerigmática y predicación misionera, y otras no. Igualmente, al situar el estudio bíblico-teológico de Ia predicación dentro de Ia homilética nos ha hecho suponer que para el autor cuenta más como mandato jerárquico que como carisma estructural de Ia Iglesia. Los «documentos» canónicos y magisteriales aportados al escrito, al paso que Io garantizan como manual, podrían avalar nuestra presunción. Notemos también que, a guisa de complemento, Ia colaboración de U. SciASCiA acerca de Ia «Aportación de Ia psicología al apostolado de Ia palabra» colocada al final, atestigua Ia utilidad de Io que 5.e presenta ante todo como libro de estudio. G. Martín G. GR. Dix, The Treatise on The Apostolic Tradition ofSt. Hippolytus ofRome. Edited by..., London, S.P.C.K., 1968, 90 pp. La primera edición de esta obra: publicación crítica de Ia Tradición Apostólica de Hipólito de Roma, con Ia introducción crítica del eximio y autorizado escritor e investigador G. Dix, vio Ia luz en el año 1937. El valor intrínseco de esta publicación ha merecido que sea nuevamente reeditada, con una introducción de Henry Chadwick, profesor en el Divinity de Ia Universidad de Oxford. El benedictino anglicano G. Dix es uno de los mejores conocedores de los documentos litúrgicos e históricos de Ia época post-apostólica. La Introducción que precede a esta obra, así como otros escritos —en particular sobre el bautismo— dan testimonio de ello. Esta introducción puede considerarse como uno de los trabajos más sólidos, completos y autorizados sobre el particular. Pasa revista a los datos históricos ; reune los materiales, para Ia fijación del texto, con el examen
|