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LA EDUCACIÓN, EXPRESIÓN DE LA CARIDAD
por ]. A. CABEZAS.
GRANDEZA Y MISERIA DEL HOMBRE
Construirse Ia propiavida es el quehacer fundamental del hombre. X. Zubiri ha señalado esta responsabilidad como Ia nota específica del vivir humano, como Ia línea de demarcación que deslinda al hombre del animal y Ia planta '. Tanto el bruto como Ia planta son radicalmente incapaces de articular por sí mismos, de un modo teológico, su enorme complejidad funcional, digamos, su conducta en orden a conseguir aquella perfección específica que biológicamente les corresponde. Necesitarían para ello de un poder arquitectónico del que de hecho ellos carecen 2. Llegar a ser rosa 01 mariposa, no es cosa que incumba propiamente a Ia flor o a Ia crisálida, sino más bien a Ia Razón de Ia familia o Ia especie a que pertenecen. Individualmente son absolutamente irresponsables tanto de su "ser" como de su "llegwr a ser". No son dueños de sí mismos. Para ellos vivir, evolucionar, perfeccionarse es sencillamente responder. Su conducta es una serie continua y sucesiva de respuestas a los múltiples excitantes que hasta ellos van llegando 3. Las tendencias, los instintos, las pulsiones, en consonancia y mutua simbiosis con las distintas situaciones ambientales que los envuelven y so1. X. ZuBiRi, Historia, Naturaleza, Dios. Edic. Nac., Madrid 1951, p. 161. 2. Hoy las viejas teorías "antropomórfica^" y «románticas» que atribuían al animal un poder noético semejante, cuando no superior, al nuestro están desprestigiadas en los medios científicos. 'TaZi teorie —dice Baudin— no meritano nepure di essere esaminate". (BAüDiN, Corso di Psicologia Sr>erimentale, Torino 1943, 705). 3. Al decir nosotros que Ia conducta animal es una forma de "responsabilidad", estamo3 todavía muy lejos de los postulados de las llamadas escuelas objetivas. Nosotros no negamos el contenido psíquico que se transconde siempre en cada una de estas respuestas.
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