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L·i memoriam: MarceUno Cabreros de Anta, CMF (1901-1995)
El P. Marcelino Cabreros de Anta nació el 15 de agosto de 1901 en Cerecinos de Campos (Zamora). Profesó en Ia Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María el 15 de agosto de 1918, y en 1926 se ordenó de sacerdote. Terminados sus estudios canónicos en Ia Universidad Lateranense, regresó a España en 1927, iniciando una vida de responsabilidades en el interior de Ia institución claretiana. En 1943 fue nombrado profesor de Ia Facultad de Derecho Canónico de Ia Universidad Pontificia de Salamanca, permaneciendo ininteraimpidamente en Ia misma durante veintiocho años hasta que, por imperativos de Ia edad, se jubiló en junio de 1971. En Ia Facultad enseñó las materias correspondientes al Libro Primero del CIC, a Ia parte general del Libro Segundo y al Derecho Procesal. Fue elegido Decano de Ia misma en dos ocasiones (1951-1954 y 196l-1964); su tarea docente se caracterizó siempre por Ia seriedad y profundidad, y participó en numerosos congresos, semanas, simposios, etc., nacionales e internacionales. Desempeñó abundantes cargos relacionados con el Derecho Canónico y su magisterio escrito fue muy abundante, como puede verse en Ia relación que exponemos a continuación. En 1971, con motivo de su jubilación como catedrático, Ia Facultad de Derecho Canónico Ie dedicó un libro homenaje (tex Ecdesiae. Estudios en honor del Dr. Marcelino Cabreros de Anta, canonista salmantino [Bibliotheca Salmanticensis 1], Salamanca 1972), donde se encuentra una extensa descripción de su persona realizada por D. Lamberto de Echeverría (pp. 11-17), concluyendo con estas palabras: «Así, con su andar calmoso, su expresión solemne, su sencilla presentación, su afectuosa acogida a todos, fiel a Ia sotana, tenaz en Ia defensa de los criterios tradicionales, amante de Ia Iglesia y enamorado de su ordenamiento jurídico, laborioso, espiritual, el P. Cabreros ha pasado junto a nosotros. Nos ha dado una lección sacerdotal, religiosa, científica y humana que no podremos olvidar. Sigue entre nosotros, trabajando y estudiando, participando en nuestras reuniones y compartiendo nuestros afanes y proyectos. A Dios Ie pedimos que continúe así mucho tiempo para bien de laMglesia y de cuantos, con tanto provecho como gozo, continuamos disfrutando de su trato». La jubilación, sin embargo, de su cátedra en Ia Universidad Pontificia de Salamanca no Ie impidió seguir desarrollando sus diferentes actividades: desde 1971 a 1979 continuó residiendo en Salamanca manteniendo su actividad científica, publicando varias obras y artículos, dedicándose a tareas ministeriales y culturales, realizando numerosas consultas e informes jurídicos para su Congregación Claretiana, etc. En 1979, tras haber residido en Salamanca durante treinta y seis años seguidos, se trasladó a Zamora, donde continuó desarrollando su actividad magisterial y pastoral, a pesar de que su miopía progresiva cada vez Ie incapacitaba más para ello. Nuevamente cambió de residencia en 1986: al quedar suprimida Ia Casa-Iglesia de Zamora, en el verano de este año se trasladó a Ia Comunidad Claretiana de Ferrol (Coruña), donde falleció el 29 de enero de 1995 a Ia edad de noventa y tres años. Descanse en paz.
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