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La sabiduría y el sabio en Cicerón
Solamente por una intención de monografía, y obligado por Ia carencia de espacio de esta publicación, en honor de nuestro admirado colega el Prof. José Oroz, me dejo llevar de Ia osadía de aislar los conceptos sapientia, sapiens en Cicerón de las demás virtudes cardinales, puesto que en su consideración estos conceptos están íntimamente integrados en el contexto del hombre perfecto. La perfección humana para Cicerón surge de cuatro virtudes: «O bien consiste en el diligente y exacto conocimiento de Ia verdad; o en Ia defensa de Ia sociedad humana dando a cada uno Io suyo y observando Ia fidelidad de los contratos; o en Ia grandeza y vigor de un alma excelsa e invicta; o en el orden y medida en cuanto se hace y se dice. En esto precisamente consiste Ia moderación y Ia templanza» 1 . Estas cuatro virtudes están íntimamente unidas entre sí, aunque cada una de ellas tiene su objetivo propio 2 , y forman Ia verdadera imagen de Io honesto, «lo cual si se contemplara con los ojos, excitaría, como dice Platón, un amor ardiente de Ia sabiduría» 3 . Aunque Ia sabiduría es una virtud que va en busca de Ia verdad 4 , no obstante, como las virtudes, que son prácticas, va también orientada hacia Ia acción, porque según dice nuestro autor «la esencia de toda virtud está puesta en Ia acción» 5 , «y en Ia práctica»", porque Ia honestidad, es decir, Ia perfección de Ia naturaleza,
1 Cic. Off, 1, 15; Fin. 2. 47. 2 Off. 1. 13-14. 3 Off. 1, 15; Plat. Pedro, 250 d; cf. Fin. 2, 5:
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Off. 1. 16. Off. 1. 19.
Rep. 1,
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