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La resurrección de Jesucristo Estudio filológico de algunos textos neotestamentarios
PRELIMINARES «Creo en Ia resurrección de Zo carne», es el art. 11 del Símbolo Apostólico o Credo, que Ia Iglesia usó en el rezo del oficio divino y, aun mucho más antiguamente, antes de conferir el bautismo como profesión de fe. En latín Credo in carnis resurrectionem; en griego (pisteúo eis) sarkós anástasin \ El Símbolo de los Apóstoles existe en su fórmula actual sustancialmente a mediados del s. n 2 , y ciertamente procede de los apóstoles, puesto que a ellos se remiten los Padres, al tratar de él, como san Ireneo, t 202. El mismo Pablo, al enseñar a los Corintios Ia síntesis de Ia catequesis apostólica, quintaesencia a su vez del Evangelio, confiesa que él les transmitió Io que recibió de los apóstoles3. Pero ¿cuál es Ia base para esta creencia en Ia resurrección futura? Nos Ia presenta Pablo en el lugar citado: que Cristo ha resucitado, Io cual se recoge en el Símbolo Apostólico, art. 5: Al tercer día resucitó de entre los muertos, «tertia die resurrexit a mortuis». La muerte y resurrección de Jesucristo es indudablemente el hecho más transcendental de Ia Historia de Ia salvación y, por Io mismo, de Ia Historia del mundo, entendiendo por mundo no sólo el planeta Tierra, sino el cosmos universo (cf. Rom 8, 19-22). La Encarnación misma, con ser Ia obra más grande de Dios ad extra, tuvo de facto razón de medio, con que realizar Ia redención del género
1 H. Denzinger, Enchiridion Symbolorum, ed. 18-20 (Freiburg i.Br. 1932) 2. 2 Cf. E. Krebs, 'Apostolisches Glaubensbekenntnis', en M. Buchberger, Lexikon für Theologie und Kirche (Freiburg i.Br. 1930) I, 570. 3 1 Cor 15, 3^. Veremos este texto más adelante.
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