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Filología y dogmática*
I. LA CIENCIA FILOLOGICA Porque en un sentido noble esta Universidad es el ágora de Ia Iglesia española; es centro de diálogo, de conversación y coloquio; y es, por Io mismo, convergencia de opiniones, de reflexión colectiva y de logros científicos, me ha parecido oportuno decir algo de las relaciones entre filología y teología. Al fin y al cabo, Ia ciencia, según Ia concepción griega y europea, lleva en su entraña un problema de relación. El universo mismo —término ligado etimológicamente a Universidad— es un conjunto de relaciones interminables, de mutuas y armoniosas interdependencias, que sugirieron el nombre de cosmos a los griegos, por su orden maravilloso. Incluso Ia gran obra de Ia Redención es una relación inmensa, en cuyos extremos están Dios y el hombre: una historia de relaciones entre Redentor y redimidos. Aun el medio escogido para Ia Redención, Ia palabra, constituye reciprocidad entre el hablante (Dios) y el oyente (hombre). Desde que una persona divina se llama y es Palabra, Verbo, Xi-foc; —precisameïite porque es mensaje «verbo-icónico» del Padre, de quien nos trajo relatos y referencias— las ciencias del lenguaje son medio imprescindible para Ia Historia de Ia salvación. Por eso nada tiene de extraño que estas ciencias (gramática, retórica, lexicología, semasiología, lingüística, filología,
(*) Ultima lección académica dictada en el Aula Magna de Ia Universidad Pontificia de Salamanca, el 26 de abril de 1974, con motivo de Ia jubilación como Catedrático de Filología Griega. HELMANTICA, XXV (1974) 421^46.
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