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Poesía y verdad en Píndaro
A mi venerado maestro Hermann Erüïikel.
por ALFONSO OWCEGA.
«En este genio griego culminan dos siglos de Ia más pletòrica vida helénica. Su obra es Ia expresión de una fuerza, que puede compararse a Ia de un Parménides y un Heráclito. Pero Ia meta es distinta. Mientras que los alumbramientos de los filósofos aclaran Ia razón del Ser y pretenden hacer visibles los principios que actúan en toda naturaleza, Píndaro ofrece un cuadro esencial de hombres, héroes y dioses, modelándolo con luces y sombras, cumbres y simas bajo el foco iluminante de Io bello y sublime». Este parentesco filosófico puesto de relieve por Herman Frankel ', uno de los más egregios intérpretes de Píndaro, puede percibirse en las nuevas exigencias y presupuestos con que se nos revela Ia poesía en el lírico más importante de Ia antigua Grecia. Jamás fue vista antes de él Ia música y Ia poesía con mayor dignidad y grandeza, como reflejo de Ia verdad divina y destello de una misma comunidad de raza, que comparten dioses y hombres (Nemeas VI, ls.). El motivo fundamental, que da unidad a su obra, está en último término en Ia alabanza de Io divino, que se hace trasparente en las acciones ilustres de los hombres, relacionándose con necesidad metafísica Ia divinidad, el mito
(*) Entre Ia abundante bibliografía sobre Píndaro, a Ia que en parte nos referimos en nuestro trabajo, merece destacarse Ia que recogemos al final del artículo, pp. 372-373. 1 Dichtung und Philosophie des frühen Griechentums, Munich 2 1962, p. 487. HELMANTICA, XXI, 1970, 353-372.
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