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Diàlogo Ecuménico t. XXXIV, n. 109-110 (1999) 449-472
LA VIDA DE CONSAGRACIÓN EN EL CAMINO HACIA LA UNIDAD
I. INTRODUCCIÓN
El ecumenismo es una marcha hacia Ia reconciliación de las Iglesias. Entre los distintos caminos que está recorriendo de cara a Ia consecución de su objetivo, uno de los más importantes, además del diálogo teológico, de Ia colaboración interconfesional y del testimonio común, es el de Ia vida religiosa. Como es lógico, el reencuentro supone una separación anterior. El acercamiento ha sido precedido de una ruptura. Ruptura en el terreno de Ia doctrina, de los sacramentos, y también de Ia vida consagrada. Y en este ámbito concreto de Ia ruptura eclesial una parte no pequeña Ie corresponde a los religiosos. Estos ya se hallaron presentes en las rupturas de los primeros siglos, en las del siglo XI y en las que se dieron en el siglo XVI. Además, como efecto de esta última escisión, llegó a desaparecer Ia vida monástica dentro del protestantismo. Pero, de algún tiempo a esta parte, como las aguas del Negeb, ha reaparecido Ia vida consagrada en las Iglesias de Ia Reforma, convirtiéndose este hecho en un dato muy valioso en el camino hacia Ia unidad eclesial. Es más, religiosas de las distintas Confesiones intentan aportar su granito de arena a Ia causa de Ia unidad, tal como aparece en Ia siguiente exposición sobre los «Encuentros Interconfesionales de Religiosas», que dieron comienzo en 1970, en Ia Comunidad protestante de Grandchamp (Suiza).
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