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PRESENTACIÓN
Hace ya unos años que Ia Societas Oecumenica viene ocupándose de manera particular de Ia eclesiología en relación con el Movimiento ecuménico y ela diálogo teológico interconfesional. Así, después de Ia III Consulta (Roma 1984), dedicada a las confesiones de fe, Ia IVa Consulta (Erfurt 1986) estuvo dedicada al difícil problema de saber qué tipo de eclesialidad asiste al Movimiento ecuménico [«¿Neutralidad eclesiológica en el Movimiento ecuménico?»: cf. Diálogo Ecuménico 23 (1988) 287-322; 24 (1989) 42-71, y 289-319l. La Va Consulta, cuyos materiales de trabajo ofrecemos ahora en las páginas que siguen, se celebró en el Instituto Ecuménico de Bossey, en los alrededores de Ginebra, que pertenece al CEI y está entregado particularmente a Ia tarea ecuménica de Ia Iglesia Ortodoxa. Tema de esta asamblea, celebrada del 29 de agosto al 3 de septiembre, fue «Universalidad y contextualidad. Estudios para una eclesiología ecuménica». Era ciertamente complicado, pues se trataba de ver sobre qué presupuestos confesionales de orden dogmático se avanza hacia una concepción común de Ia Iglesia. Según estos presupuestos, operativos de hecho detrás de cada una de las confesiones cristianas, se propugnan unos u otros «modelos de unidad», que durante las dos últimas décadas vienen pugnando por abrirse camino en el Movimiento ecuménico. Su tipificación es cada vez más clara, igual que sus aciertos y posibilidades, de una parte; y sus dificultades, de otra. Las respuestas a Ia Relación de Lima (Bautismo, Eucaristía y Ministerio, 1982) vienen a sacar a flote las pretensiones y alcance de estos modelos. Justo Ia ponencia del Prof. Anton Houtepen muestra bien a las claras sus paradigmas eclesiológicos y las potencialidades ecuménicas
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