|
EL PROBLEMA DE LA LIBERTAD EN X. ZUBIRI
1. FIJACIÓN DEL PROBLEMA En general, Ia cuestión de Ia libertad humana, tema muy debatido en otros tiempos, está hoy en franco retroceso. Si exceptuamos su aplicación al ámbito moral y político, buena parte de Ia reflexión filosófica contemporánea soslaya conscientemente sumergirse en profundidad en una noción que presenta ciertamente un contorno no muy bien definido y es objeto de una gran variedad de matices no siempre susceptibles de conexión. La paradoja es que se hace inexcusable su uso en los más diversos contextos filosóficos hasta el punto de que resulta ser ya un tópico tropezarse con esta vidriosa noción en Ia literatura filosófica actual sin ninguna advertencia previa, o Io que es peor, sin Ia necesidad de tener que aclarar, aunque sólo fuera por cortesía, el sentido concreto según el cual se refiere su uso. De ahí algunos ineludibles obstáculos en orden a comprensión y tal vez una de las a veces señaladas «equivocaciones» de Ia filosofía. A todo ello se suma que, incluso los más interesantes manuales filosóficos no hacen a este respecto más que divulgar, frecuentemente desde una perspectiva histórica, Io que pudieron ser algunas de las afirmaciones más oportunas y geniales entreveradas en el pensamiento de los distintos autores en escena sin vislumbrar una clara línea de continuidad en todas ellas. Lo cual puede ser necesario, pero a todas luces insuficiente. Pues bien, en medio de este cuando menos insólito panorama, X. Zubiri es el filósofo más próximo a nuestro entorno que parece que despunta vigorosamente en esta cuestión, aunque debido a su peculiar trayectoria intelectual no
1 Este estudio es fruto de una investigación más amplia y constituye, por tanto, una pequeña parte de Io que ha resultado ser un estudio sobre Persona y mora/ en X. Zubiri (tesis doctoral presentada en Ia Universidad Pontificia de Salamanca en enero de 2001), llevado a cabo bajo Ia dirección de A. Pintor-Ramos, Ia colaboración de Ia Fundación X. Zubiri y ftnanciado por Ia Junta de Castilla y León y Ia Fundación Caja Madrid. A ellos, mi gratitud.
|