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HERMENÉUTICA, DIALOGO Y ALTERIDAD
I. INTRODUCCIÓN La hermenéutica de Gadamer se fundamenta en dos nociones claves: lectura y diálogo. La hermenéutica, en efecto, ha sido a Io largo de los siglos Ia ciencia o metodología para leer, comprendiendo e interpretando un texto. En concreto, Ia Hermenéutica ha crecido tratando de leer, comprendiendo e interpretando, el texto por excelencia, Ia Biblia, y por extensión cualquier otro texto. Gadamer intenta ampliar el ámbito de Ia hermenéutica, ampliado el concepto de texto. Texto no va a ser sólo el texto escrito en un lenguaje verbal humano, es decir el conjunto de palabras que expresan un significado; texto, por extensión, va a ser todo Io producido por el hombre u objeto cultural e incluso todo el universo, en Ia medida en que podamos descubrir en esos objetos culturales o naturales un sentido y un significado. No es nueva esta comprensión amplia de Ia noción de texto. Los medievales Io habían hecho ya, al considerar que el universo y el hombre eran textos en donde podíamos descubrir el sentido de Ia Divinidad. El siglo xii, especialmente, va a desarrollar esta noción textual del universo; en ese sentido, Alano de Lille, en Ia agonía del siglo xii, expresa en sencillos versos:
omnis mundi creatura quasi liber et pictura nobis est in speculum; nostrae vitae, nostrae mortis, nostri status, nostrae sortis fidele signaculum.
Es decir, «toda criatura mundana es para nosotros como un libro o una pintura en un espejo; y fiel signo de nuestra vida, de nuestra muerte, de nuestro estado, de nuestra suerte». Toda criatura y el universo entero son un libro en el que debemos descubrir los sentidos y los significados que puedan encerrar. El mundo, para los medievales, es un conjunto de signos representativos de Ia divinidad. El hombre es, por su racionalidad, una imagen de Dios; mientras que el mundo físico-natural es un conjunto de vestigios o huellas que remi-
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