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El fútbol es un deporte de cooperación-oposición que lleva inherente un alto riesgo de lesión debido a las exigentes demandas físicas y técnicas que ocurren en el transcurso de los partidos y entrenamientos, además de la incertidumbre con la que cuenta dicho deporte. Los datos muestran que un equipo de fútbol profesional puede esperar alrededor de 50 lesiones por temporada que consecuentemente apartarán a los jugadores del terreno de juego, esto es igual a dos lesiones por jugador.
Algunas lesiones en fútbol son inevitables (lesiones por traumatismo), sin embargo el 58% de las lesiones se originan sin contacto y estas son consideradas prevenibles o evitables. Concretamente el 90% de las lesiones se producen en las extremidades inferiores, de las cuales las musculares y especialmente las lesiones de los isquiotibiales son muy comunes en este deporte sobre todo en los futbolistas adultos. Concretamente la unión músculotendinosa de la porción larga del BF es la zona más afectada
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