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1. Introducción 165. La Parte 2 de este estudio trató la apostolicidad de toda la Iglesia y discutió los “elementos” que, por el poder del Espíritu Santo, contribuyen a construir la Iglesia “sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, con Cristo Jesús como piedra angular” (Ef 2,20). Entre estos elementos están las Sagradas Escrituras, la predicación de la palabra de Dios, el bautismo, y la Cena del Señor, el ministerio de la reconciliación, catequesis como transmisión de la tradición apostólica, los credos, la Oración del Señor, y los diez mandamientos. Estos elementos son instituciones y representaciones de la comunicación de la palabra de Dios en las que el contenido del evangelio apostólico se hace presente para traer la salvación a los seres humanos. Al hacerlo, juegan un papel en el mantenimiento de la apostolicidad de la Iglesia como un todo. La apostolicidad de la Iglesia está vinculada a una multitud de tales elementos, que están naturalmente presentes en nuestras Iglesias en diferentes configuraciones. 166. Como estos elementos implican instituciones y representaciones de la comunicación de la palabra de Dios, los seres humanos son un factor esencial en ellos. No hay testimonio sin testigo, no hay sermón sin predicador, ni administración de sacramentos sin ministro, pero tampoco testimonio ni sermón sin pueblo que escuche, ni celebración de sacramentos sin pueblo que los reciba. Como se ha dicho, el problema surge sobre cómo los seres humanos toman parte en la trasmisión de la palabra de Dios de modo que la Iglesia se mantenga siempre en continuidad como la tradición apostólica. 319
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