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Dimensión Ecuménica de las Lenguas Clásicas
La comprensión de un idioma, así como su dominio técnico y práctico, es un fenómeno intelectual que sobrepasa el mero enriquecimiento individual del espíritu. El hombre moderno, abocado por múltiples razones históricas a Ia ineludible comunicación extranacional, comienza a descubrir en el lenguaje una función sociológica, un instrumento de solidaridad universal y una fuerza de cohesión humana dentro del pluralismo ideológico en que ha cristalizado de modo particular Ia cultura europea. Se podría hablar del hombre católico de Ia cultura, cuando se consiguiera abarcar en una personal armonía intelectual Ia triple vertiente de realización humana de Europa —con su proyección americana—, Africa y Asia. En Ia historia espiritual de Occidente fue un Padre de Ia Iglesia, San Jerónimo, el primer hombre que realiza ese ingente esfuerzo de adunar Ia triple mentalidad de Ia cultura mediterránea, concretada en su tiempo a través de Ia lengua griega, latina y hebrea. Este homo trilinguis constituye una revolucionaria novedad en el siglo iv de nuestra era. La tradición romana de las versiones griegas, iniciada por Livio Andrónico (siglo in a. C.) con Ia latinización de Ia Odisea, primera traducción artística en Ia historia de nuestra cultura, adquiere una nueva dimensión histórica. San Jerónimo es el primer hombre universal del mediterráneo. La seriedad y exactitud de su esfuerzo intelectual queda patente en Ia personal anécdota de hacerse limar los dientes por manos de un rabino, a fin de emitir con perfección fónica una letra sibilante de Ia lengua hebrea. El movimiento ecuménico cultural, a base de Ia
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