|
;Propitio ac sereno vultu» del Canon de Ia Misa
Los documentos más antiguos dc las instituciones históricas, en nuestro caso las del Cristianismo, suelen ser a veces bastante oscuros, porque se interpone Ia lejanía del tiempo, y porque siendo los más auténticos, Ia ignorancia y el error tratan con frecuencia te envolverlos en Ia opacidad de Ia confusión. Algo parecido ocurre también con los testimonios litúrgicos más primitivos, cuyo origen se pierde en Ia neblina de los primeros siglos de Ia santa Iglesia. Encontramos en el canon romano de Ia rnisa fórmulas y pensamientos, que arguyen dentro de Ia complejidad secular de su trama teológica y expresiva, una tradición indiscutible, primitiva y originaria, pero cuyo hilo conductor y de enlace no se descubre tan fácilmente entre los múltiples y desiguales elementos que han contribuido diacrónicamente a su elaboración y fijación. Hemos de considerar que el pensamiento y sentir del Cristianismo transfirió y transformó en el campo ideológico y litúrgico el contenido y formas del lenguaje precristiano. Estas transformaciones, transferencias y metasemias se encuentran por Io mismo en las fórmulas de Ia parte más sagrada de Ia liturgia, del canon romano de Ia misa, que ha recogido en una serie y sistema equilibrado variados y dispersos elementos, sobre todo, de los Sacramentarios Leoniano, Gelasiano y Gregoriano. Reduciendo y limitando nuestro centro de observación, vemos que se dan ciertos grupos binarios, que han cristalizado en formulas rituales y estilísticas, que no son, algunas, propiamente creaciones o innovaciones de Ia Iglesia, sino más bien aplicaciones de otras similares de Ia literatura religiosa precristiana, renovadas por ella con un nuevo espíritu, al referirlas al verdadero Dios o a sus atributos, purificadas de todo resabio de politeísmo. Han experimentado una transferencia doctrinal y semántica, que del objeto y fin a que van dirigidas reciben toda su nueva luz
|