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CICERON MEDIADOR DE LA PAZ
EN LA G U E R R A C I V I L DE C E S A R Y P O M P E Y O
Una aclaración. Estas páginas no contienen una ordenación lógica de Ia guerra civil. Sería un trabajo muy interesante y fácil de hacer el ordenar las diversas frases del epistolario de Cicerón, y confeccionar una historia de esta guerra que explicaría Ia fidelidad o infidelidad histórica de muchos puntos dudosos de Ia narración de César; pero no es ésta por ahora mi intención. Me contento con Ia exposición de Io que Cicerón trabajó por impedir Ia guerra civil, y una vez desencadenada, sus esfuerzos por cortarla. No fué pequeño el mérito del gran tribuno el mantenerse casi él solo, como dice Veleyo, 2, 48, 5, confirmándolo Plutarco, Gc. 27, frente a las ambiciones desmedidas de dos bandos enormes de Ia política, como apóstol e impulsor de Ia paz. Su voz no fué atendida; pero no por eso dejó él de levantarla en todas las ocasiones que se Ie ofrecían. Seguramente que al final del artículo quedará en Ia mente de quien Io lea una idea clara: Cicerón fué el principe de Ia paz y el mejor patriota de cuantos ciudadanos romanos vivían en los años calamitosos del tránsito de Ia vieja república al nuevo imperio, L—Aníe los preparativos de Ia guerra. Cicerón se pone en viaje para desempeñar el gobierno de Ia Cilicia, provincia que el senado Ie había confiado, en los primeros días de mayo del año 51 a. C, Att 5, 9, 3; 5, 17, 3; 5, 20, 9; 6, 1, 12; 6, 2, 2; 6, 3, 8; 6, 7, 2). A su espalda dejaba Ia república en grave situación porque sus dos grandes generales se habían puesto de frente el uno al otro. Antes de dejar Ia patria, quiere visitar a Pompeyo que está descansando en Tarento; de Ia entrevista saca Ia con-
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