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La Obra de un Rétor Hispano
M. Fabius QuintiIianus es el símbolo de Ia Retórica, como Cicerón Io es de Ia elocuencia. Estuvo en posesión y dominó como pocos de sus contemporáneos Ia técnica o el arte de Ia Oraioria, cuyos preceptos y doctrina estudia, comenta y formula a Io largo de su extensa obra; y a Ia vez no careció de las dotes naturales del orador que se perfilan y adiestran con iterativa experiencia, que él puso en p r a c t i c a e n l a s * a c t i o n e s * y «causae», donde b r i l l ó s u hábil e£tco «habitus dicendi et persuadendi», cuya teoría desarrolla magistralmente en el libro X de su «De Institutione Oratoria». Cuando en el libro VI, 2, trata de los procedimientos que ha de poner en juego el orador para mover y persuadir a los jueces, y hasta para transfigurar el ánimo de éstos, enseña y propone que el primordial consiste, en que el orador se represente él mismo los sucesos y Ia situación con tal viveza, que se eche de ver y muestre su propia conmoción no sólo en las palabras, rostro y gestos, sino que haga que su interior se emocione de verdad a Ia vez. Es Ia misma exigencia de Horacio en aquellas palabras; «Tunc tua me infortunia laedent> *. Y añade Quintiliano que él procuraba hasta derramarlagrimas, mudar de color y casi sentirse traspasado por el sentimiento y Ia excitación:
«Haec dissimulanda mihi non fuerunt, quibus ipse, quantuscumque sum aut f u i , nam pervenisse mc ad aliquod nomen ingenii credo, frequenter niotus sum, ut me non lacrymae soIiini deprehenderent, sed pallor et verissimilis dolor» 2.
Con ello quiere decirse que en el rétor hispano confluían las dos
HoR., Ep,ad Pis. v. 103, 2 De Institutione Qratoriat Vl, 2. En adelante al citar esta obra de Qiiintiliano, emplearemos Ias siglas I. Ü.
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