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DuUogp Ecuménico t. XXXI, n. 101 (1996) 335-351
METODOLOGÍA ECUMÉNICA SEGÚN LA ENCÍCLICA "UT UNUM SINT"
I. LA lGLESIA ES ONA
Para valorar de Ia encíclica Ut Unum Sint, del 25 de mayo de 1995, conviene señalar, en primer lugar, Ia convicción exegética y dogmática de que Ia Iglesia es y debe ser una. Porque, aunque sean muchas las comunidades cristianas que a sí mismas se presentan ante los hombres como Ia verdadera herencia de Jesucristo, «una enim atque unica a Christo Domino condita est Ecclesia» (UR 1). La voluntad de Cristo es clara. En el discurso de despedida, antes de su sacrificio en Ia Cruz, Jesús ruega al Padre para que «todos sean una misma cosa como tú, Padre, estás en mí y yo en tí, para que también ellos estén en nosotros y el mundo crea que tú me has envidado» (Jn 17, 21). La unidad de Ia Iglesia deriva del mismo misterio trinitario y está intrínsecamente vinculada a Ia salvación de todos los hombres. Así, el Decreto sobre el Ecumenismo (UR), de acuerdo con mismo esquema dogmático de Ia Constitución Lumen Gentium (LG), después referirse a Ia voluntad salvifica de Dios Padre y al hecho de Ia encamación del Hijo unigénito para regenerar al género humano y congregarlo en Ia unidad, indica que el mismo Señor Jesús «envió el Espíritu que había prometido, por medio del cual congregó al pueblo de Ia Nueva Alianza, que es Ia Iglesia, en Ia unidad de Ia fe, de Ia esperanza y de Ia caridad» (UR 2). Cristo inauguró en Ia tierra el reino de los cielos. Y consumada Ia obra que el Padre
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