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estudios
Salmanticensis 56 (2009) 445-494
EL FUTURO DEL HOMBRE Y EL SER DE DIOS. LA ESCATOLOGÍA TRINITARIA DE WOLFHART PANNENBERG
1. Ontología y escatología Cualquier proyecto de teología sistemática en la actualidad ha de guiarse por los principios de comprehensividad e interdisciplinariedad si de veras quiere responder a las cuestiones del hombre en particular y de la existencia en general a la luz del Dios de Jesucristo. Más allá de los problemas internos concretos y de las cuestiones propias de cada tratado de teología dogmática, la reflexión cristiana no puede renunciar a su misión de ser “luz del mundo” (Mt 12,14-16), y para la teología esto conlleva necesariamente una interpretación teológica de la realidad, una metafísica de la credentidad1, una interpretación del ser hecha desde Dios que dé cuenta del sentido de todo lo existente y de su bondad ontológica (Gn 1,31a).
1 La fe cristiana piensa que el hombre vive su auténtico destino y despliega su verdadera humanidad, su identidad constitutiva, si entiende y experimenta su existencia como expectación permanente (la religión como búsqueda incansable del encuentro y esperanza en la llegada de éste, y no como mera colección extrínseca de ideas y doctrinas, de certezas teóricas). Ha sido la teología cristiana la que nos ha posibilitado una nueva ontología y una nueva antropología: la realidad y el hombre son transparentes hacia una presencia ulterior a sí misma: “No debería causar sorpresa que el ser humano aborrezca vivir, sino que quiera vivir. Y, sin embargo, este querer vivir es el factum que recoge la experiencia como fenómeno aplastantemente mayoritario. Para dar razón de ese factum es preciso suponer que el fondo último de la estructura existencial humana es la credentidad, la capacidad de dar crédito a la realidad” (J. L. Ruiz de la Peña, Crisis y apología de la fe, Santander 1995, 288-289).
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