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EVOLUCION Y RAZON
ALEJANDRO ROLDAN
Introducción Desde que Lamarck (1809) y C. Darwin (1859) se propusieron explícitamente el problema de Ia evolución orgánica, quedó implícitamente planteado el tema paralelo de Ia posible evolución psíquica. Sin embargo, el proceso seguido por ambos conatos de Ia doctrina evolutiva, ha sido muy distinto. De hecho, el fundamento científico- filosófico es muy diverso en ambos, ya que Ia evolución orgánica se basa en hechos —cada día más abundantes y evidentes, por Io menos hasta determinado grupo taxonómico — , mientras que Ia evolución psíquica se alimenta, sobre todo, de hipótesis. Más aún, si bien desde el punto de vista filosófico, no existe a priori dificultad alguna contra Ia evolución del psiquismo animal, por emerger éste inmediatamente del soma, son Ia Filosofía y Teología las que nos dicen que Ia aparición del psiquismo superior humano exige Ia creación del alma. Tardó algo en aplicarse Ia teoría evolutiva a Ia Psicología, de suerte que Lamarck no incluyó nunca el origen del hombre en su sistema, y Darwin al principio tampoco se atrevió a hacerlo. Se entrevio al comienzo que sin muchas distinciones y matizaciones, Ia Psicología Genética podía desembocar fácilmente en un Psicología sin alma, como los hechos comprobaron l. Efectivamente, para salvar en el orden psicológico el «postulado de Ia continuidad», que alienta a toda Ia teoría evolutiva, no cabían entonces sino dos caminos: a) o bien, borrar Ia línea divisoria entre los fenómenos físicos y psíquicos, en cuyo caso los procesos conscientes superiores serían una a modo de secreción del cerebro, que se desprendería de Ia materia cerebral
1. H. GRUENDER, Psicología sin alma, Barcelona 1917.
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