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LA EXPERIMENTACIÓN MEDICA A LA LUZ DE UN DOCUMENTO PONTIFICIO
P R E Á M B U LO
Es digno de divulgación, y en los más amplios términos posibles, el discurso dirigido por Su Santidad el Papa Pío XII, felizmente reinante, el día 14 de septiembre próximo pasado a los médicos reunidos en Roma con ocasión del I Congreso de Histopatología del Sistema Nervioso, y que publicó "L'Osservatore Romano" en su edición del día 17. Decimos digno de divulgación, y no de comentario, porque el Papa analiza tan fina y exactamente las cuestiones que toca, las desarrolla con tal extensión, se adelanta a refutar tan certeramente las dificultades que pueden oponérsele, que en realidad no es necesario añadir nada a Io que: dice, por Io cual nuestra tarea, bien leve por cierto, se reducirá al intento, que nos proponemos realizar, de hacer su texto un poco más accesible » los lectores menos iniciados en estos problemas sanitarios. Después de un preámbulo ponderativo de las materias estudiadas en d Congreso y elogioso del número, origen y calidad de sus ilustres participantes, comienza el Papa con un acto de modestia intelectual, por el quc se inhibe de tratar técnica y especializadamente las cuestiones médicas sometidas a discusión, porque no es dominio suyo, sino de los médicos, pues cada uno debe actuar en el campo que cultiva, ya para respetar los propios límites de ia ciencia a que se consagra, ya para no lesionar improcedentemente los derechos legítimos de las demás, que exigen esa mirada ponderada y ese trato reverente que suelen ser patrimonio exclusivo de sus cultivadores. Pero las ciencias médicas operan sobre él hombre, que es una realidad fisica y juntamente una realidad moral, con su profusa y vistosa constelación de derechos y de deberes, que oponen límites, como es natural, justos y razonables a todo investigador que por uno u otro motivo de investigación o de experimentación franquee los dominios en que una y otra se desenvuelven.
LA LEY M O R AL
Cuando se habla de derechos y de deberes se sobrentienden realidades que fluyen de las propias mtrañas de Ia Moral, que supone estas verdades
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