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Un punto de sintaxis: Ia transitividad
EL COMPLEMENTO DEL VERBO
La acción de un verbo puede quedarse en el sujeto, dormio, curris, legit Antonius, o puede dirigirse hacia fuera en busca de un punto de apoyo en que estribarse para poder alcanzar con él un sentido determinado y completo: Cónsul suam legem proposuit. Este punto de referencia, en que el verbo encuentra su apoyo, se llama complemento. Pero un verbo puede ser completado de muchas maneras: prescindiendo del sujeto, que por necesidad completa al verbo en su demarcación de Ia persona operante, cuando el sujeto no está contenido en Ia desinencia personal, Caesar proficiscitur (Caesar, ß.G. 7, 1, 1), hay otros complementos objetivos que cooperan a Ia clara manifestación de Ia acción verbal: Aedui primis nuntiis ab Litauicco acceptis nullum sibi ad cognoscendum spatium relinquunt (Caesar, B.G. 7, 42, 1). La acción del verbo relinquunt es totalmente inexpresiva y no puede prescindirse de señalar qué es Io que dejan: nullum spatium. Esta dicción es Ia que directamente apoya o delimita Ia acción de relinquunt. Aedui nullum spatium relinquunt, podía no exigir más para su intelección; pero aquí todavía el escritor siente necesidad de completar más su pensamiento, porque ese espacio o tiempo que no dejan los Eduos está aún indeterminado, y esto se consigue con otra dición, sibi, con Io cual Ia frase queda indirectamente restringida ya a las personas para las que no dan lugar: «a sí mismos». Ad cognoscendum determina el fin para el que no habían dejado tiempo «para percatarse de Ia situación». Y César detalla todavía más, Io hace señalando Ia
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