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ALONSO DE VERACRUZ Y LAS ENCRUCIJADAS DE LA LÓGICA EN EL SIGLO XVI
Lógica, humanismo, ciencia: las tres son áreas de visita obligada para conocer el pensamiento filosófico español del siglo xvi a través del espejo de Salamanca (Muñoz, 1981). También pueden serlo para estudiar Ia contribución salmantina a Ia conformación inicial de Ia cultura académica iberoamericana. Sin embargo, de entrada, no estarán de más ciertas cautelas: unas en razón de que esas tres áreas no tienen ni una constitución uniforme, ni un desarrollo acompasado; otras en vista de los desequilibrios que acusa nuestra propia situación historiogràfica l. Con esto quiero decir que las observaciones que siguen no serán concluyentes, menos aún definitivas. Por otro lado, no voy a hablar de áreas sino de encrucijadas —lugares tan propicios para los encuentros como para las despedidas—, en términos más acordes con Ia compleja dinámica histórica de Ia lógica hispana del siglo xvi. Nuestra lógica se ve ante tres encrucijadas. Dos son las confrontaciones: 1.a) entre Ia lógica escolástica medieval y Ia postmedieval; 2.a entre Ia lógica escolástica, en general, y Ia dialéctica civil —humanista—. La 3.a es Ia que vienen a configurar dos formas dispares de demostración científica, legadas por Ia tradición: el modelo teórico de Segundos Analíticos y sus comentarios, es decir el programa «aristotélico», y Ia práctica de Ia demostración en matemáticas, digamos el paradigma «euclideo». Aparte de otros factores externos concurren-
1 Asi nos encontramos con a) una información relativamente amplia acerca de Ia lógica escolar —tanto en sus aspectos institucionales como doctrinales—, pese a Ia falta de ediciones críticas; bj el peso de Ia historiografía tradicional de índole cultural y literaria sobre nuestra visión de las comentes humanistas en España, peso que sólo hace unas pocas décadas se ha empezado a equilibrar con el estudio de otros aspectos, e. g., científicos o técnicos, de Ia época humanista; c) Ia desproporción entre los textos impresos y Ios manuscritos en ciertos campos de conocimiento deI Siglo de Oro, como Ia geometría aplicada, donde los manuscritos existentes son mucho más numerosos y algunos llegan a alcanzar mayor nivel y calidad científica que los textos impresos.
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