|
METAFISICA Y LITERATURA Una mirada al poniente
«Por eso llamaré a Ia metafísica, no un arte, sino una ciencia virtual, puesto que tiende a conocer y todavía no conoce (...). Como actividad científica, por virtual que sea, procura conocer,- como actividad artística, procura sentir. El campo de Ia metafísica es Io abstracto y Io absoluto». (Fernando Pessoa [Alvaro de Campos]) Hablar de metafísica y habter de literatura portuguesa es tan correlativo como referirse al mar y Ia sal. Rastreando a Io largo de Ia Historia de Ia Literatura Portuguesa, a cada paso encontramos huellas de inquietudes metafísicas. La singularidad del paisaje luso-gallego, asomado a un océano proceloso, tantas veces surcado, y Ia vocación ultramarina de sus gentes, envueltas en historias trágico-marítimas y sembrando ausencias, hizo posible Ia aparición de obras cargadas de simboUsmo intimista y metafísico, tan diferente del simbolismo opuesto levantino, luminoso y brillante. Los habitantes del noroeste peninsular disponen de un vocablo especializado e intraducibie para condensar su interpretación metafísica de Ia existencia, Ia saudade. Más que el reflejo lingüístico y conceptual de un estado psicológico —semejante a Ia «nostalgia», Ia «añoranza» o Ia «morriña»—, Ia saudade evoca una vivencia originaria de plena significación ontológica. La saudade puede objetivarse en el desarraigo de Ia patria, del paisaje natal o del espacio «topofílico»; en el desarraigo del ser amado o del bien querido. Pero te saudade es más que eso, es, sobre todo, Ia sensación subjetiva de un sentir y un desear sin objeto. El ser humano se descubre a sí mismo como existente y percibe de ese modo su radical soledad ontológica. Quien es cautivo de Ia saudade siente su existencia desarraigada de algo que no puede explicar —que llamaremos metafísicamente «ser»— y es entonces cuando al mismo tiempo Ie invade Ia angustia (por Io que carece) y una vocación de absoluto (por Io que busca). La peculiaridad típica y trascendental de Ia saudade ya había sido percibida a principios del siglo xv por el rey Don Duarte en el Leal Conselheiro. Más tarde, un conocimiento y profundización en este fenómeno de Ia idiosincrasia portuguesa (y gallega), Ie hubiera .permitido a Miguel de Unamuno explicar Ia insistencia de los literatos lusos por el suicidio, que tanto estupor Ie causaba. Es evidente
|