|
JOSE MARIA RODRIGUEZ RODRIGUEZ (OSA) (In memoriam)
Cuando Ia muerte Ie sorprendió estaba a punto de cumpUr cuarenta y ocho años y se encontraba en Pavía (ItaJia), ,participando GQ. un Congreso Internacional de agustinólogos. Se trataba de Ia Semana Agustiniana correspondiente a 1984. No era Ia primera vez que Ia Universidad milanesa del Sacro Cuore Ie invitaba a estas periódicas reuniones de expertos. En esta ocasión su ponencia, un profundo estudio sobre el libro VI de las Confesiones, había servido para inaugurar el Congreso. En el momento de morir fulminado por un infarto, el Congreso ya había terminado y sus participantes se encontraban reunidos ante Ia tumba de San Agustín, en Ia hermosa Basüica de San Pietro in Ciel d'Oro. No deja de ser una coincidencia el que José María hubiese de morir, honrado Ia sepultura del doctor africano que tanto había admirado y cuya orden había escogido para realizar su vocación religiosa. En todo caso, los especialistas de un cercano hospital al que fue trasladado, apenas si pudieron, hacer otra cosa que constatar su defunción. Era el atardecer del día 12 de Abril. La noticia llegó inmediatamente a España, llenando de consternación por su carácter inesperado a cuantos Ie conocían. Desde hacía ya varios años José María Rodríguez, «Pepe» para todos sus amigos, había impartido Ia asignatura de Sociología en las Facultades de Filosofía y de Teología de esta Universidad Pontificia de Salamanca. Su esbelta y pausada figura era inconfundible. Y sin embargo, no eran pocos los que no Io conocían personalmente, incluso entre los profesores. El motivo fundamental de ello era su discreción y natural timidez. Cualidades que alguien pudo interpretar como alejamiento y reticencia a los contactos personales. Sus amigos y conocidos, sin embargo, sabían que tras las apariencias de silenciosa discreción, se escondía un carácter extraordinariamente chispeante e inquieto y aJguien que disfrutaba como nadie con Ia amistad y el diálogo. Había nacido en Lobeznos de Sanabria (Zamora) en mayo de 1938. Profesó como religioso agustino en 1954 y fue ordenado sacerdote en Boma en 1980. Su vida estuvo dedicada fundamentaknente al estudio y Ia docencia. Estuvo en Roma durante varios años obteniendo Ia licenciatura en Teología y el doctorado en Sociología. Completó su formación con periódicas estancias en Francia y Alemania. Sus actividades do-
|