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REDC52(1995)563-592
LA PRUEBA DEL CONSENTIMIENTO MATRIMONIAL SIMULADO. INDICACIONES JURISPRUDENCIALES RECIENTES
1.
INTRODUCCIÓN
El tema de Ia prueba de Ia simulación del consentimiento matrimonial canónico es muy amplio y difícil de valorar en Ia práctica: los casos de nulidad matrimoniales por simulación del consentimiento son muy abundantes en los tribunales eclesiásticos juzgándose en ellos hechos íntimos de los que, generalmente, sólo se conocen externamente algunos indicios. «La prueba de Ia simulación —se dice en una c. De Lanversin, del 30 de enero de 1991— implica muchas veces peculiares dificultades... No siempre es fácil determinar Ia verdadera intención de Ia persona que afirma simular, ya que muchísimas veces él mismo no sabe distinguir entre el derecho y el ejercicio del derecho, entre Ia obligación y el cumplimiento de Ia obligación aceptada, entre Ia verdadera voluntad y Ia intención interpretativa o habitual. Y ello, tanto más cuanto que habitualmente los procesos se incoan cuando las partes desean contraer nuevas nupcias, o sanar Ia convivencia ya establecida, o evitar cargas pecuniarias, u otras causas... A veces, también, surgen dificultades al manifestar los hechos tal como realmente sucedieron...» '. Como ya es suficientemente conocido, bajo los términos de simulación y exclusión parcial (can. 1101) se concx:e en el derecho matrimonial canónico Ia prestación de un consentimiento matrimonial discordante entre Io que externamente se dice y Io que internamente se quiere. Es decir, el consentimiento matrimonial no se dirige realmente a Ia creación del consorcio conyugal (can. 1055, § 1), sino a alcanzar otro fin distinto al íntegramente matrimonial, instrumentalizándose el matrimonio para efectos particulares, ajenos al mismo, que se pretenden conseguir. En este sentido, el consentimiento así prestado es inválido y no surge del mismo el matrimonio por falta de un adecuado con-
1 c. De Lanversin, 30 ianuarii 1991, in: AKRT 83, 1994, p. 58, n. 11.
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