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EL HECHO MORAL EN ZUBIRI
1. El problema Uno de los puntos más apasionantes y más complejos de Ia reflexión filosófica en los últimos tiempos es Ia moral. No se trata fundamentalmente de una lucha entre distintos códigos morales en conflicto, ni siquiera del fundamento racional de los distintos deberes o virtudes; antes que eso, no existe acuerdo sobre el problema específicamente filosófico que presentan los hechos morales, sin que falten quienes piensan que en el orden moral Ia filosofía no tiene nada específico que decir. Las situaciones a que esto aboca resultan más de una vez angustiosas: perdida ya Ia eficacia social de las cosmovisiones religiosas, sin confianza en una racionalidad que no sea algo más que estratégica, Ia urgencia apremiante de cuestiones morales precipitan al hombre de hoy en las aguas fétidas del nihilismo moral o Io arrojan sin esperanzas en manos de las argucias de Ia sofística pública. Pocos negarían que en medio de este encrespado océano el planteamiento kantiano puede ser tomado como marco general de referencia desde el cual sigue siendo posible clarificar Ia altura filosófica de los problemas morales, aunque fuese para discrepar totalmente de las soluciones presentadas por Kant. Este consagra un planteamiento deontológico de Ia ética, cuyo tema central es Ia fundamentación —en el sentido de Grundlegung— de una normatividad, universal y a priori, del deber ser desde una doctrina de Ia legalidad pura de Ia razón. El imperativo categórico, descartando las fundamentaciones empíricas, presenta Ia forma universal en Ia que se asienta toda verdadera legalidad moral. Para ello, Kant sólo necesita un supuesto: Ia existencia del hecho moral mismo, supuesto en el que Kant no necesita detenerse por aparecerle como obvio.
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