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Desde la vertiente sanitaria, el ruido es un problema que conlleva multitud de consecuencias nefastas para la salud, entre las que cabría mencionar el síndrome decoyoping. En alusión a éste, el profesor Antonio Sánchez Cabaco afirma que “Las actividades de ocio nocturno, constituyen un estresor patógeno en los periodos que el organismo necesita un descanso bio-psíquico reparador. De modo que su adulteración impide mantener la adaptación de los ritmos circadianos periódicos sueño-vigilia. Las consecuencias derivadas de esta “bomba acústica” para el ser humano se manifiestan en perturbaciones del sueño, alteraciones cardio-vasculares, riesgo de infarto, disminución del rendimiento, mayor vulnerabilidad a los accidentes, afectación del sistema inmunitario y pérdida de la salud mental”. Los ciudadanos debemos tomar conciencia sobre los efecto devastadores del ruido en nuestra salud en general. Concluye Sánchez Cabaco -COPE Salamanca-
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