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RECENSIONES
Salmanticensis 62 (2015) 533-559
James Mallon, Una renovación divina. De una parroquia de mantenimiento a una parroquia misionera, Madrid 2015, 347 p.
James Mallon es un pastor de la parroquia Saint Benedict (Nueva Escocia, Canadá) y fundador del Instituto de Enseñanza Media Juan Pablo II. Es un experto orador en temas sobre renovación de la parroquia y Nueva Evangelización. Ha trabajado también temas de Teología Dogmática.
El libro está dividido en siete capítulos, todos ellos centrados en un claro objetivo: dar una respuesta a la crisis de identidad que hoy padece nuestra Iglesia. Para ello propone su experiencia del programa de evangelización llevado a cabo por el curso Alpha.
El título del libro “Una Renovación Divina” viene de lo que afirma en la presentación: “Ruego a Dios que los líderes eclesiales y todo aquel a quien le importe el futuro de nuestra Iglesia encuentren en estas líneas una hoja de ruta para el proceso de Renovación Divina de esta Iglesia que tanto amamos”.
En el primer capítulo titulado “Una casa de oración. Recordando nuestra identidad y propósito”, resalta el autor que hemos olvidado quiénes somos y lo que estamos llamados a hacer como Iglesia en primera instancia. No es la primera vez que el Pueblo de Dios ha necesitado recordar su verdadera identidad.
La misión dada, tanto al Antiguo como al Nuevo Israel, fue la incluir y no excluir a los otros de la salvación. “Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra” (Is 49, 6). En el templo de su cuerpo, el de Jesús, no hay más muros de separación (cfr. Ef 2, 14).
La misión de inclusión es dada al Nuevo Israel, aquellos llamados por Jesús, su Ekklesia, para que vayan y hagan discípulos de todas las naciones. Pero ocurrirá con el tiempo, también nosotros nos olvidaremos de esto y nos contentaremos con quedarnos esta misión de inclusión para nosotros mismos (p. 7).
Se dice que no se trata tanto de que la Iglesia de Cristo tenga una misión, sino de que la misión de Jesús tiene una Iglesia. Pero nosotros nos hemos olvidado hasta tal punto de nuestra llamada
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