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EL CANON DEL NUEVO TESTAMENTO: Y PLANTEAMIENTOS
PROBLEMAS
Entre los muchos problemas que hoy plantea el clásico tratado de «Introducción General a Ia Sagrada Escritura» 1, quizá el que reciba un trato más de «cenicienta» sea el del canon. La tarea de los manuales, a los que con pocas excepciones aún no ha llegado la renovación promovida por Ia Dei Verbum, se ha ido reduciendo prácticamente a una colección de testimonios patrísticos y eclesiásticos de distintas épocas, para justificar el elenco tridentino de los libros canónicos, con especial énfasis en los llamados deuterocanónicos2. De este modo, y sin negar Ia importancia y el interés de Ia anterior tarea, escapan en eUos al estudio del canon prácticamente todas las cuestiones que no sean ésta, en particular Ia profundización de Ia importantísima nooión de canonicidad o normatividad activa de Ia Escritura, a Ia que se alude casi únicamente en las primeras disquisiciones etimológicas sobre Ia palabra canon, así como Ia cuestión de los criterios de canonicidad, que de una manera inadecuada se han convertido en los ma1 Los problemas vienen dados por Ia misma naturaleza de una asignatura que en el planteamiento actual de los estudios teológicos se suele situar al comienzo del «curriculum studiorum», y por consiguiente va dirigida en gran parte a estudiantes que llegan a Ia Universidad o al Seminario sin preparación filosófico-teológica, ni, Io que es más de lamentar, lingüistica y literaria. La misma organización de los antiguos manuales está también en crisis y no parece encontrarse una salida adecuada. El mejor ejemplo de ello es Ia renovación que se lleva a cabo del manual de Introdue. a Ia Sagrada Escritura de Robert-Feuillet, 3a ed. (Barcelona 1970) ¡ hasta Ia fecha ha salido el volumen de introducción al A.T. (1974) y los volúmenes dedicados al N.T. (1979), pero el dedicado a sustituir a Ia introducción general ra por el tercer proyecto, y aún no sido siquiera anunciado. El manual de V. Manucci, Bibbia come parola di Dio (Brescia 1981), aporta ciertas novedades y supone ya un avance sobre los manuales anteriores, pero aún tiene planteamientos que quizá haya que superar. 2 Así, por ejemplo, el manual de Ia Casa de Ia Biblia (Manual Bíblico I, Introducción General a Ia Sagrada Escritura, IMadrid 19661) y el de Tuya-Salguero, Introducción a to Biblia, 2 vol. (Madrid 1967), por citar obras españolas; Io mismo puede decirse de los dos extranjeros más extendidos entre nosotros, el de PerrellaVagaggini (Madrid 1968) y el ya citado de Robert-Feuillet. Tampoco las paginas dedicadas al tema en Mysterium Salutis I, 1 (Madrid 1969) aportan gran cosa.
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