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ESTUDIOS
«EL DISCURSO PROFETICO DE ESTE LIBRO» (Apoc 22, 7.10.18-19)
El último libro de nuestro N.T. ha recibido su denominación de Ia palabra con que comienza: Apocalipsis 1. El libro ha sido considerado exponente típico del género apocalíptico. Se ha Uegado a decir que Apoc 1, Ia: «Revelación de Jesucristo, Ia que Ie dió a él Dios para mostrar a sus siervos Io que ha de ocurrir pronto» es una frase que describe las características de Ia apocalíptica2. Una revelación de Dios por medio de un intermediario, a Ia par humano y celeste, para prevenir a sus fieles sobre acontecimientos inminentes, que coincidirían también con el tiempo final. Está claro que el autor del libro no puede saber nada de las categorías de Ia exégesis moderna sobre las características de Ia mentalidad apocalíptica y las formas en que se expresa mediante un género literario específico3. Esto no obstaría para clasificarlo como apocalíptico y catalogar su obra dentro de Ia llamada literatura apocalíptica. El problema queda en que el autor sabe Io que está haciendo y entiende su obra dentro de otra categoría específica4. Tiene presente al lector y a los oyentes de las
1 Pero Ia apokalypsis entra en el campo de Ia propheteia (1 Cor 14, 6.26.29). El discurso sapiencial que t,rasmitia a Ia comunidad, para edificación, exhortación y consuelo, los misterios de Dios revelados por el Evangelio, era predominantemente carisma de los profetas. Cf. J. Brosch, Chaismen und Ämter in der Urkirche (Bonn 1951) 91-92. 2 Por de pronto de ahí ha tomado su nombre el concepto moderno de apocalíptica. Cf. P. Vielhauer, 'Die Apokalyptik', en: E. Hennecke - W. Schneemelcher, Neutestamentliche Apokryphen, II. Apostolisches, Apokalypsen und Verwandtes, 3 ed. (Tübngen 1964) 408. 3 Cf. Vielhauer, o. c., p. 407-21. 4 Es el único documento del N.T. escrito con el reclamo explícito de ser enteramente profecía. D. HiIl, New Testament Prophecy (London 1979) 71-73, tras recordar Io anterior, añade que el lenguaje del libro y su imaginería traslucen Ia influencia del género apocalíptico y en su determinismo y dualismo muestra su deuda al mundo de ideas apocalíptico. Pero reconoce también que falta Ia seudonimia y Ia antigüedad ficticia. Que no es un documento secreto sino una carta ecuménica. Y que su perspectiva del sufrimiento queda mas cerca de Ia visión
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