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APOCALIPSIS XII. EL NACIMIENTO PASCUAL DEL SALVADOR INTRODUCCIÓN *
No es casualidad que el NT acabe con un libro de revelaciones. Dentro del ambiente de expectación escatològica en que nace el cristianismo es comprensible que el mensaje de Jesús se haya expresado en forma de visiones escondidas referentes al flnal del tiempo. Lo extraño es que el llamado género apocalíptico no forme el núcleo del NT. Lo extraño es que se exponga el mensaje de Jesús en formas literarias hasta entonces no existentes (evangelios) o por medio de unas cartas de carácter circunstancial y profano (Pablo). De todas formas, Ia tensión apocalíptica ha debido ser muy grande. Por eso nos parece que no es una causalidad que nuestra Biblia incluya el Ap de Juan. Dentro del marco general de Ia apocalíptica judía, esta obra ofrece rasgos especiales. Prescindiendo del hecho de que se atribuya a un personaje conocido del presente (1, 1.9; 22, 8) y no a un profeta misterioso del pasado como es regla en los escritos de su género, el Ap Jn ofrece tres elementos distintivos: a) En primer lugar, se sabe que Ia salvación se ha realizado ya. El hijo del hombre está en el cielo y determina desde allí Ia marcha de Ia iglesia (1, 12-20; cap. 2 y 3): Es el cordero degollado que dispone de los siete espíritus de Dios y fundamenta el ritmo de Ia historia (5, 1-10); estuvo muerto y ahora vive para siempre (1, 17-18) en el misterio del ser de Io divino (1, 4-5). b) La salvación ya realizada se condensa en Ia victoria personal y decisiva del cordero (5, 5-6; cf. 12, 11). Sin embargo, el mundo sigue dominado todavía por el miedo, Ia guerra, Ia opresión de los perversos y Ia muerte. Pues bien, en ese mundo quiere introducir Ap Jn el principio de victoria del cordero, manteniendo a los creyentes en Ia espera confiada, Ia paciencia activa, el testimonio de Jesús y Ia cer* Para las obras más citadas y comentarios que se emplean cf. nota 4.
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