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RECENSIONES
original se desliga visiblemente (no del todo) de Ia concupiscencia y ésta es declarada moralmente no pecaminosa; se atenúa el pesimismo respecto a las consecuencias del pecado tanto en Ia vida presente como respecto al más allá. Sin embargo, al llegar Ia edad moderna todavía todo el campo de los comienzos de Ia historia de salvación estaba erizado de dificultades. Los teólogos medievales no realizaron ni pudieron realizar un estudio científico-crítico de las fuentes bíblicas referentes aI pecado original, ni a los comienzos de Ia humanidad. Desconocieron Ia tradición patrística oriental. No tuvieron audacia intelectual suficiente para despegarse del excesivo peso de Ia "autoridad" de Agustín y otros doctores. Sus conocimientos científico-empíricos sobre el origen del mundo y del hombre eran prácticamente inexistentes. Ello explica tantas afirmaciones insostenibles sobre el estado paradisíaco de Adán, sobre Ia gravedad y consecuencias de su pecado, sobre el modo de propagarse éste a los descendientes. En Ia portada del libro estampa J. Gross unas palabras de Belarmino: "Nihil est tam absurdum, quia aliqua, si non vera, certe verisimili ratione suaderi possit". Así ha pasado con las abigarradas teorías que se levantaron en torno al dogma del pecado original. Su historia ayudará a los teólogos actuales a descubrir un camino por el cual no se debe proseguir ya más. Es normal que ulteriores investigaciones más monográficas hayan de precisar este o el otro detalle en Ia historia del dogma del pecado original durante los siglos 12-15. Pero, pensamos que las grandes líneas de su desarrollo han sido bien captadas por el autor, expuestas con método científico crítico y valoradas según un criterio muy aceptable; según corresponde a Ia situación en que se encuentre esta doctrina teológica en Ia actualidad. A. Villalmonte
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Filosofía F. Rosenthal, Knowledge Triumphant. The concept of Knowlege in Medieval Islam (Leiden, Ed. J. Brill, 1970) X + 356 pp.
La cultura humana se apoya fundamentalmente, desde hace cerca de 3.000 años, en expresiones lingüísticas. Se trata, claro está, de un hecho: un observable, histórica y socialmente verificable, que nada tiene que ver con Ia actual sofistería "reduccionista" de todo saber a conexiones meramente semánticas y sintácticas. Cada ciclo-cultura se ha manifestado por medio de conceptos definitorios de sus raíces y de sus anhelos. Jahwé-Elohim, y Ia nación de justos del pueblo hebreo; Ia Paideia, el Sofós y Ia Polis de los griegos; el ius y Ia urbs del mundo romano, y tantos términos más ahí están para algo más que entretenimiento de filólogos y pensadores. El Islam como ciclo-cultura no podía estar ausente de esta situación. Más aún, dada Ia peculiar riqueza de Ia lengua árabe y su riqueza y facilidad para las derivaciones nominales abstractas, que Ie hicieron vehículo extraordinario para el trasvase del saber antiguo, algunos términos adquirieron una riqueza expresiva, harto difícil de verter unívocamente a otras lenguas. Ahí tenemos, desde el propio término Islam, hasta Hikma (algo así como "sabiduría"), pasando por éste de 'Ilm, que en inglés suele traducirse por Knowledge y que en español estaría más cerca de ciencia, en el sentido más lato de este vocablo. Posiblemente —y dejando aparte el término Islam - 'Ilm es el más representativo de los vocablos y de los conceptos fundamentales de Ia ciclo-cultura musulmana. Por ello, con su habitual agudeza y su pasmosa información, el Prof. Franz Rosenthal ha elegido más de una vez este término como objeto de su fecunda investigación, que arranca, cuando menos, de 1959, y de Ia que fue dando primicias en 1960 (Actas del XXV Congreso Internacional de
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