|
ESPIRITUALES ESPAÑOLES
por BALDOMERO JIMENEZ DUQUE
La historia de Ia espiritualidad en España —no digo «española», porque me parece un término incierto si no falso— se va poco a poco haciendo. ¿Estará hecha alguna vez? Porque todos soñamos con una síntesis abstracta a poco menos. ( ¡ A los occidentales grecorromanos nos puede Ia manía de Ia dialéctica!). Pero una síntesis en estos dominios de Ia vida ¿es siquiera pensable?... Porque se trata de Ia vida humana irrepetible y cambiante en cada caso, pero además intervenida por el elemento libérrimo e inaprensible de las gracias sobrenaturales divinas. Sin embargo, algunas notas emergentes pueden señalarse en el curso de las «civilizaciones», y hasta detectar algunas constantes de ese fondo más hondo y vitalmente plástico de Ia «cultura», de Ia sensibilidad mental y de Ia proyección vital de un pueblo, en nuestro caso el español. (Habría también que entender esto de español en sentido amplio y multiforme —el «hispano» de Ia edad media— que incluye a las diversas regiones y naciones de Ia península, muy diferentes entre si). Historia de Ia vida religiosa intensamente vivida, de Ia doctrina en que se apoya, del «sentimiento religioso», de Ia «piedad», de las obras e instituciones en que se traduce, de Ia literatura, de Ia vida social... Historia que ambiciosamente Io abarque todo... El hecho es que esa historia lentamente se va haciendo. Desde las síntesis, ciertamente imperfectas pero gigantescas para un solo hombre y en aquellos tiempos, de Menéndez Pelayo, hasta hoy, se ha hecho muchísimo. Pero queda mucho más por hacer. Cada puerta que se abre nos presenta otro pasillo de puertas, o al menos de rincones con precisiones y detalles nuevos, que exigen corregir tópicos y afirmaciones rotundas, que los datos positivos contradicen o matizan al menos. Queda mucho por hacer... Desde los mártires de Ia hora romana, desde el ascetismo del Concilio de Elvira, y sobre todo desde el movimiento «Salmanticensís», 10 (1963).
|