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REVISTA ESPAÑOLA DE D E R E C H O C A N O N I C O
Volumen XIl Septîcmbre-Diciembrc Númrro 36
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I
La Igtesia de hoy acusa, como no podía menos de suceder, Za gran fluidez de los momentos actuales. En pocos lustros, Ia humanidad de hoy ha cambiado más que antaño cambiaba en siglos. No vamos a explicar las causas de este fenómeno, entre las cuates cabe señalar como factores primordiales los estupendos avances de ta técnica y Ia marcha actual hacia una nivetoción económica y jurídica de las clases sociales. Junto con esos factores operan muchos otros, en gran parte imponderabtes, cuyo examen corresponde al estadista. Cuál sea el punto de equilibrio adonde hemos de llegar al final de esta época de inestabilidades, no es fácil sospecharlo. Sólo Ia Divina Providencia tiene una respuesta cabal a ese preocupante problema. En inevitable correspondencia con esta movilidad actual, Ia Iglesia de hoy viene haciendo esfuerzos evidentes por ajustar su vida y su disciplina a las nuevas urgencias que afloran por todas partes. Como en todas las épocas críticas, Ia Iglesia tiene hoy que frenar muchas imprudencias, corregir muchas desviaciones, alentar muchos desmayos. Tenemos que pedir a Dios que no disminuya Ia firmeza de Ia mano que hoy empuña el timón de Ia barca de San Pedro. «Stet et pascat in fortitudine...» Para los canonistas hay en estos años críticos una labor eclesiológica reclamada por Ia multitud de normas y ajustes disciplinarios que Ia Igtesia dimana. Es significativo que mientras Ia Comisión de Intérpretes tiene una actuación cada vez más escasa y eclipsada, Ia Santa Sede proyecta una abundante actividad por todos los frentes de Ia vida eclesiástica planteados por los probtemas actuales.
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