|
UN HUMANISTA DE PRO
EL P. ESPINOSA POLIT, S. J. La imprevista desaparición reciente de un auténtico hombre de letras, uno de los primeros humanistas contemporáneos, no ha hallado Ia suficiente sintonía entre nosotros. Es de justicia volver sobre ella. Y signar con piedra negra el 21 de enero último. En él se nos ha arrebatado, allá en su sede fecunda de las letras de los Andes, a un egregio humanista, el P. AuRELio EspiNOSA PoLiT. La noticia sigue sobrecogiéndonos dolorosamente. Acababa de ltegar a nuestras manos un par de meses antes, una doble muestra de su vigorosa plenitud creadora, el presente de Ia versión de Horacio> y de Ia de Sófocles, recién salidas de las prensas mejicanas. Y cuando más cierta nos era Ia esperanza de nuevos dones de su cumplida madurez, Ia parca ha quebrado su tenue vida. Había nacido en Quito a fines de siglo, el año 94. Mas su niñez transcurrió en nuestra España, donde continuó metiéndosele alma adentro el sabor, el olor, el vigor de nuestra lengua. Apenas adolescente, recibió su alma nuevos influjos: losde Suiza, Inglaterra, Bélgica, donde cursó sus estudios de segunda enseñanza. Y volvió a España para tomar preclaro rumbo: formar en las filas de Ia milicia de Iñigo de Loyola. En ella comienza a gustar de las lenguas clásicas, gusto que va avivándose, ahilándose en él de por vida. Completa en Cambridge su formación humanista. Allí traba conocimiento con los grandes catadores ingleses del alma de Ia antigüedad clásica. Y el año 28 vuelve al Ecuador y funda a poco Ia Universidad catóUca de Quito, que
|