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viflcador, es el que nos permite abrirnos a un diálogo que posibilitará un encuentro entre las diversas religiones. El libro, que es demasiado corto, resulta de una gran ayuda para acercarnos al tema del Espíritu de una manera activa, como energía para Ia vida, posibilitando una mayor apertura al diálogo interconfesional. Por ello su fácil lectura, resulta de un gran estímulo a Ia vez que compromiso con Ia realidad en cuanto que creación, realidad natural, que es renovada a través del Espíritu. M.A. Martínez Fuertes F. RoDRiGUEZ GAHHAPUCHO, La cru,z de Jesús y el ser de Dios. La teología del Crucificado en Eberhard Jüngel (Salamanca: Publicaciones de Ia Universidad Pontificia 1992)286pp. La teología de E. Jüngel apenas ha podido ser conocida hasta ahora por los lectores de habla española más que por medio de Ia traducción de su obra capital: Dios como misterio del mundo. Pero esta traducción es tan mala que casi no merece ni el nombre de tal; ya he tenido ocasión de demostrarlo en 'Eberhard Jüngel, ¿en español?', Miscelánea Comillas 43 (1985) 401-417. La obra de Rodríguez Garrapucho resulta ya sólo por eso un servicio bienvenido para Ia teología española. Su propósito es el «estudio y Ia exposición en forma ordenada de aquello que hace de Ia teología de E. Jüngel una "theologia crucis"». «No se trata» -en efecto- «de una introducción general a todo su pensamiento teológico» (13). Pero como el punto de vista mencionado es central en el pensamiento jüngeliano, Ia detallada exposición que de él se nos ofrece a Io largo de unas doscientas páginas (58260), puede sin duda servir de estupenda introducción a Ia teología del profesor de Tubinga. Después de Ia bibliografía (Ia de Jüngel recoge también títulos posteriores 'hasta 1990' a Ia publicada por nosotros en 1987 en MCom 45, 605-623) vienen unas «Anotaciones preliminares» que dan «las razones de este trabajo»: el interés ecuménico; Ia invitación del Sínodo de 1985 a profundizar en «la centralidad de Ia curz de Jesucristo»; el impacto del sufrimiento y de dolor de Ia humanidad de hoy; y Ia relación de Ia teología de Ia cruz con Ia del corazón de Jesús, espiritualidad esta con Ia que el autor se encuentra vinculado por su pertenencia de congregación religiosa. Siguen los cuatro capítulos que componen el cuerpo de Ia obra. En el primero se describe «El ámbito teológico de Eberhard Jüngel»: su lugar «en el panorama actual de Ia teología evengélica» (donde echamos en falta al menos una mención de Ia figura de W. Pannenberg -o una remisión a Ia pág. 266-, pues no se puede ignorar que Jüngel ha escrito muy frecuentemente pensando en este que él llama el «otro camino» de Ia teología evangélica de hoy); una «breve biografía»; y las «raíces de Ia teología de Ia cruz» de Jüngel en Lutero, Hegel y Barth. En el segundo capítulo se trata «de indagar, a través de su ambiente filosófico y de sus razones teológi382
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