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(II) INTRODUCCIÓN A LOS FACTORES EPOCALES
En esta introducción histórica evitaré deliberadamente los aspectos doctrinales, Ia teología eclesial de Lutero, puesto que estos capítulos serán tratados por especialistas cualificados. Y, además, porque entonces Ia Iglesia, mas que objeto de reflexión —que Io fue—, era una realidad vivida, un hecho ambiental presente en todas las manifestaciones de Ia existencia tal como se concebía en aquellos años bajomedieva!es y en una sociedad sacralizada, es decir, que no establecía barreras entre ésta y Ia otra vida, entre Io natural y Io sobrenatural, y que subordinaba 1Ia terrena, efímera, a Ia que no acabaría nunca, a Ia eterna sin fin. Y ello obligaba a que cualquier opción tuviera inevitables connotaciones ecleslales. Por eso Ia oferta de Lutero que, en principio, es muy posible que estuviera desprovista de intención ecleslal directa, tuvo que acabar en clara y dura confrontación entre Ia verdadera y Ia falsa Iglesia por circunstancias tan comprensibles como complejas. En estas circunstancias históricas, que presenciaron, escoltaron y, en tantas ocasiones decisivas, condicionaron aquella Iglesia es en las que Intentaré fijarme. No sin advertir Io Incompleto del cuadro que se traza y Ia posible (y forzosa) arbitrariedad en Ia selección de los temas.
I.—IGLESIA Y SENTIMIENTO RELIGIOSO POPULAR Gracias a Ia historia actual de las mentalidades colectivas, al método cuantitativo, a Ia atención prestada a otras fuentes que las legadas por las élites, se va constatando que los privilegiados de Ia cultura y de Ia espiritualidad, los humanistas,
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